La patronal bancaria europea advierte del riesgo de fugas de depósitos si se implanta un euro digital.
Los planes del Banco Central Europeo (BCE) para poner en marcha un euro digital han puesto sobre aviso a los bancos privados del Viejo Continente, que ven una amenaza a la estabilidad financiera y avisan a Christine Lagarde de que cualquier paso en esta dirección solo debe realizarse en cuanto se tenga claro que “los beneficios superan los riesgos”.
“Un euro digital de un banco central debería ante todo ser una solución viable y óptima para una necesidad claramente definida y no atendida en el mercado, y para la cual no haya otra solución más eficiente”, señala la Federación Bancaria Europea (EBF por sus siglas en inglés), que cree que la iniciativa “debería beneficiar a los particulares, a las empresas y a la economía en su conjunto, evitando al mismo tiempo desestabilizar el sistema financiero”.
La patronal bancaria europea asegura que está “dispuesta” a participar en las consideraciones del BCE sobre una moneda digital de banco central (CBDE) “si hay un análisis claro de que los beneficios superan los riesgos de desestabilización”. En el caso de que finalmente se ponga en marcha, la EBF le pone condiciones a la nueva moneda.
En primer lugar, “se debe preservar la estabilidad financiera”. “Es vital que el CBDE no socave la solidez del sistema financiero. En caso de que CBDE ofrezca al público una alternativa a los depósitos bancarios, esto podría poner en peligro la capacidad de intermediación de los bancos. Esto, a su vez, podría privar a los bancos de una importante fuente de financiación estable y, por lo tanto, reducir su capacidad de proporcionar crédito a la economía, es decir, su capacidad de apoyar y financiar el crecimiento económico y el bienestar presentes y futuros”.
Además, “los hogares y las empresas podrían transferir masivamente sus depósitos bancarios al euro digital en una crisis sistémica, lo que aumentaría el riesgo de corridas bancarias”, advierte la patronal bancaria europea.
Para preservar la estabilidad financiera los bancos creen que “debería utilizarse un modelo indirecto por el que los bancos tuvieran acceso a la infraestructura del CBDE central, pero que luego ofrecieran acceso a los usuarios minoristas a través de cuentas y carteras”. En otras palabras, “debería concebirse únicamente como un medio de pago y su utilización como instrumento de ahorro o inversión debería desincentivarse”.
Los bancos europeos consideran asimismo que “es dudoso que la introducción de un nuevo medio de pago digital resuelva la falta de inclusión financiera”. Especialmente en la zona del euro, “donde los riesgos de exclusión financiera están cada vez más relacionados con la exclusión digital”.
Para la EBF, el euro digital “podría cambiar fundamentalmente el papel del BCE, los bancos privados y los proveedores de servicios no bancarios en el sistema financiero. Por lo tanto, la división del trabajo tiene que ser muy transparente y hay que acordar un marco de gobernanza claro”. “Habría que tener cuidado de que los bancos centrales no se conviertan en un competidor directo de los bancos privados en la oferta de servicios de pago al público”, avisan.
“En general, antes de emitir un CBDE, se deben estimar los costes (de instalación, integración y funcionamiento) y compararlos con los beneficios previstos, teniendo en cuenta las soluciones privadas alternativas y los efectos en las ya existentes”, avisa la patronal bancaria, que en todo caso avisa de que “todos los costes relacionados con el desarrollo deberían ser sufragados por el Eurosistema”.