El sector pierde más de 300.000 puestos de trabajo sin ayudas. Refrescos, vino, cerveza y licores pierden casi la mitad de sus ventas. La restauración organizada frena la caída frente a la debacle en los bares.
Debacle sin precedentes desde la guerra civil en la hostelería española. De acuerdo con los datos de la consultora Nielsen IQ, las ventas del sector se desplomaron el año pasado un 44% en volumen y un 43% valor. Son porcentajes que están ligeramente por debajo de las previsiones hechas por la patronal Hostelería de España, que apuntaba a la pérdida de la mitad del negocio, pero dibujan, en cualquier caso, un panorama desolador.
Si partimos de la base de que el sector de la hostelería alcanzó unas ventas en 2019 de 129.341 millones de euros, la pérdida de ingresos teniendo en cuenta la caída registrada se habría elevado el año pasado a 55.616 millones. Es una cifra que implica un recorte del PIB registrado el año pasado del 4,9%. Y lo peor es que, lejos de mejorar, la tercera ola está agravando aún más las cosas, con lo que la recuperación parece todavía lejos. Así, según Nielsen IQ, la caída de las ventas en el último mes del año se elevó ya hasta el 52,2% en volumen.
Por formatos, los bares y la restauración organizada perdieron en 2020 un 42% de su negocio. Los restaurantes y hoteles el 45% y el consumo nocturno el 54%. Los datos del mes de diciembre muestran que, aunque en el caso de la restauración organizada la situación mejora ligeramente, reduciendo la caída al 39%, con una cierta estabilización de las ventas tras la recuperación del verano, en el resto la situación es mucho peor. La caída en el caso de los bares y cafeterías se eleva hasta el 47,4%; en el de los hoteles y restaurantes al 58,7% y en el consumo nocturno hasta el 80,4% debido a las limitaciones impuestas tras los toques de queda.
Destrucción de empleo
Ante la falta de ayudas directas, los cierres y las restricciones, miles de pequeños bares, cafeterías y restaurantes cierran cada semana en España, lo que ha provocado que, según los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), el conjunto de la hostelería acabó el año con una media de 1,4 millones de trabajadores, 300.000 menos que el año anterior, en que se superó la cifra de 1,7 millones. Y lo peor, según apunta Nielsen IQ en su informe, es que “el tercer y cuarto trimestres marcan las mayores caídas, con 400.000 trabajadores menos que en los mismos periodos de 2019”.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social recogen, en esta misma línea, un descenso de cerca de 200.000 trabajadores, pero es que, además, del total de afiliados, en el último mes del año había todavía cerca de 364.000 acogidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte), el 46,4% del conjunto de los sectores. Y no se trata solo de un problema de la hostelería porque el terremoto que sacude al sector está provocando también fuertes temblores en la industria de alimentación y bebidas.
En este último caso, sobre todo, los descensos son dramáticos. El sector del vino es el más afectado de todos, con una caída de las ventas en volumen, en plena campaña de Navidad, del 57%. Lo que deja el acumulado del año en el 44%. La cerveza cae un 50% en el último mes del año y un 40% en total en 2020; las bebidas alcohólicas de alta graduación un 52% y un 43%, respectivamente y los refrescos un 55% y un 45% en cada caso.
La gravedad de la situación es tal que las asociaciones de hostelería de toda España se están movilizando para acudir a los tribunales y exigir indemnizaciones por el cierre decretado durante el Estado de Alarma, además de solicitar que se levanten los cierres decretados, especialmente después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ordenara la reapertura. La patronal del sector ha fichado para ello al despacho Écija Abogados y a la plataforma ‘Indemniza’ para reclamar por la vía administrativa.
Jorge Ruiz, el promotor de Indemniza, recomienda a los afectados que “presenten sus reclamaciones antes del 14 de marzo, el día en que se cumpla un año del decreto por el que se aprobó el confinamiento”. A partir de ahí, si el Gobierno denegara el pago de las indemnizaciones o hubiera un silencio administrativo, sería el momento, según dice, de estudiar posibles demandas. Algo que ya han hecho otras organizaciones.
Demandas
Pepa Muñoz, presidenta de Facyre (Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España) y dueño del restaurante El Qüenqo de Pepa explica, por ejemplo, que más de 1.500 bares y restaurantes de toda España se están sumando, a través del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, para demandar al Estado ante el Tribunal Supremo a título individual y exigir igualmente indemnizaciones.
“A la iniciativa se han unido desde chefs muy reconocidos como Mario Sandoval o Elena Arzak, Juanjo López, de La Tasquita de Enfrente, Iñaki López de Viñaspre, de Sagardi o Begoña Fraire, de Étimo, entre otros, hasta pequeños bares y restaurantes, en incluso un Ayuntamiento de Soria”, dice Muñoz. Después de la pérdida de un tercio de los locales en el último año -han cerrado 100.000 establecimientos- se teme que otros tantos puedan correr la misma suerte.