El número de trabajadores en expediente de regulación temporal de empleo rozó los casi 900.000 trabajadores entre el 1 y el 11 de febrero, tras sumar casi 140.000 personas en comparación con los datos de enero (738.969), según datos anunciados por Escrivá.
Hasta el 11 de febrero, el número de trabajadores en ERTE fue de 878.000 trabajadores (+139.031 personas). No obstante, en un encuentro con el Consejo General de Economistas, el ministro ha afirmado que en las próximas semanas habrá una reducción “significativa” de los trabajadores que están acogidos a este mecanismo.
Además, el ministro ha señalado que desde noviembre, la evolución de los ERTEs ha estado vinculada a la adaptación de medidas de limitación de la actividad y al diferente nivel de recuperación de los sectores.
Según las cifras del ministro, en el promedio de los últimos meses (desde octubre), el 25% de los trabajadores en ERTE están en suspensión parcial de empleo, desarrollando algún tipo de actividad. También cree que este mecanismo debe seguir adaptándose a las distintas realidades en la suspensión de empleo.
Escrivá ha valorado favorablemente el mérito que ha supuesto que se haya podido introducir el mecanismo de los ERTE en una economía como la española, con tanta pequeña empresa y con tantas empresas del sector servicios.
Desde su punto de vista, uno de los retos pasa por cómo ligar los ERTE a la negociación colectiva. “Esto es fácil en sectores grandes y medianos, pero el reto que vamos a tener es cuando todo esto ocurra en un restaurante”, ha señalado, tras apuntar que se está hablando con los agentes sociales para mezclar mecanismos que permitan que exista una fórmula por la cual se puedan desplegar este tipo de ERTE en cualquier situación.
Por otro lado, ha insistido en que introducir la formación dentro del esquema de ERTEs es esencial. Además, ha recordado que España tiene un déficit muy grande en formación dentro de las empresas. Preguntado por cuántos de los trabajadores en ERTE tienen difícil volver a su puesto de trabajo, el titular del Ministerio ha explicado que esto es “muy difícil de juzgar”.
“Tiendo a pensar que el sector hotelero español es un sector muy competitivo y que la demanda va a volver, y muy fuerte, en toda Europa cuando se levanten las restricciones, pero puede haber algunos impactos estructurales. Veo algún riesgo en eventos asociados, pero es un impacto muy limitado”, ha dicho.
Una vez finalizado el estado de alarma, el próximo 31 de mayo, el ministro ha afirmado que será un buen momento para volver a evaluar la situación y que el Ejecutivo está abierto a acompañar a todas las empresas hasta el final de la pandemia. “Ojalá estemos en una situación muy avanzada desde el punto de vista de normalización económica”, ha expresado, tras afirmar que el marco normativo de los ERTEs debe dar certidumbre hasta que se apuntale la recuperación económica.
Durante su intervención, el ministro ha asegurado que en el sector del transporte podría haber algún efecto estructural y ha afirmado que podría tener “una necesidad estructural de ERTE”. Asimismo, el titular del Ministerio ha aprovechado para señalar que el Gobierno quiere aprovechar la experiencia de los ERTE “para que el modelo se quede” en el mercado laboral español.
El ministro considera que se deben convertir los ERTE en un elemento estructural de ajuste de la economía. Así, aboga por crear una nueva figura, a la que ha denominado ERTE estructural, que se caracteriza por facilitar la movilidad de trabajadores entre empresas sin necesidad de pasar por el desempleo para evitar situaciones de expedientes de regulación de empleo (ERE).
Además, estaría ligada a la formación de los trabajadores en ERTE y sería financiable con fondos del Plan de Recuperación y Resiliencia, lo que facilita que las empresas adapten para hacer frente a la transición hacia la nueva economía verde y digital.