El Ejecutivo comunitario confirma que el Pacto de Estabilidad seguirá congelado el año que viene, pero pide cautela a los países más endeudados.
La Comisión Europea ha confirmado este miércoles que el Pacto de Estabilidad -que obliga a los Estados miembros a reducir el déficit y la deuda- seguirá congelado en 2022, por tercer año consecutivo, tal y como adelantó EL ESPAÑOL. El objetivo es dejar vía libre a los Gobiernos para que puedan seguir gastando sin límite con el fin de amortiguar el impacto de la crisis de la Covid-19, que se alarga más de lo esperado. Las reglas presupuestarias de la UE solo se reactivarán cuando la eurozona recupere el nivel de riqueza previo a la pandemia, es decir, como muy pronto en 2023.
Sin embargo, la barra libre de gasto no será igual para todos los Estados miembros. El Ejecutivo comunitario reclama un enfoque diferenciado. Los Gobiernos con la deuda bajo control, por ejemplo Alemania, deben preparar unos presupuestos para 2022 claramente expansivos con el fin de sostener la recuperación económica. En contraste, los países con problemas de sostenibilidad de la deuda, como España o Italia, deben adoptar una “política fiscal prudente” y aprovechar al máximo las subvenciones del fondo anti-Covid de la UE, que no suben el déficit ni la deuda, para financiar proyectos de inversión de alta calidad.
El Ejecutivo comunitario reclama además a los países muy endeudados “estrategias fiscales creíbles a medio plazo” con el fin de “anclar las expectativas” y hacer frente a los riesgos de sostenibilidad de la deuda. En el caso de España, Bruselas ya ha avisado de que existe un “riesgo alto” de una nueva crisis de deuda como la de 2012. La pandemia ha disparado la deuda desde el 95,5% en 2019 al 117% del PIB en 2020 y el nivel de deuda seguirá subiendo hasta el 140% en 2031 si no se toman medidas.
La Comisión tiene previsto presentar recomendaciones de política fiscal a todos los Estados miembros en mayo, tras la publicación de las previsiones económicas de primavera. Unas recomendaciones que incluirán objetivos numéricos a medio plazo, según ha avanzado el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
“Las políticas presupuestarias nacionales deberán volverse gradualmente más diferenciadas en 2022. Los países de la UE con bajo riesgo para la sostenibilidad deben mantener una política expansiva, teniendo en cuenta el impacto de las ayudas a la recuperación. Y aquellos con alto nivel de deuda deben llevar a cabo políticas más prudentes, utilizando las subvenciones europeas para financiar inversión adicional”, ha resaltado Dombrovskis.
“Todos sabemos que los actuales niveles de apoyo fiscal no pueden sostenerse para siempre. Pondrían una carga inaceptable en las finanzas públicas a largo plazo. Por eso, los Estados miembros necesitarán -en el momento apropiado- reformar sus presupuestos para alcanzar políticas fiscales prudentes a medio plazo”, avisa el vicepresidente económico.
“Los países con deuda elevada también deben mantener una política fiscal expansiva, por supuesto con una actitud muy prudente hacia la deuda”, ha dicho por su parte el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni. “No hay que retirar de forma prematura las medidas de apoyo. Creemos que eso sería un error y ese error ya lo cometimos en el pasado y no deberíamos repetirlo”, ha insistido.
Flexibilidad de las reglas
Bruselas justifica su decisión de mantener congelado el Pacto de Estabilidad en 2022 por el retraso en la recuperación. Tras un hundimiento sin precedentes del 6,8% del PIB el año pasado (con España como líder con una recesión del 11%), la eurozona está sufriendo ahora por el impacto de la tercera ola y las nuevas variantes altamente contagiosas del virus y la lentitud de la campaña de vacunación. El crecimiento no alcanzará velocidad de crucero como pronto hasta la segunda mitad del año y la incertidumbre sigue en máximos.
La UE no recuperará el nivel de riqueza previo a la pandemia hasta mediados de 2022, según las previsiones de invierno de la Comisión. Además, la remontada será muy desigual entre los Estados miembros. Mientras que Alemania volverá a su nivel de Producto Interior Bruto (PIB) previo a la crisis ya a finales de este año, Italia y España son los países más rezagados: al final de 2022 todavía estarán por debajo del PIB que tenían en el último trimestre de 2019.
La decisión final sobre el Pacto de Estabilidad se adoptará en mayo. Y el criterio fundamental que tomará en consideración Bruselas es el nivel de actividad económica en la UE o en la zona del euro en comparación con los niveles anteriores a la crisis. “Por lo tanto, las indicaciones preliminares actuales sugieren seguir aplicando la cláusula de escape (del Pacto) en 2022 y desactivarla a partir de 2023“, sostiene la Comisión.
Una vez que las reglas presupuestarias vuelvan a aplicarse, el Ejecutivo comunitario seguirá teniendo en cuenta la situación de países como Italia o España. “En caso de que un Estado miembro no haya recuperado el nivel de actividad económica anterior a la crisis, se aprovechará toda la flexibilidad prevista en el marco del Pacto de Estabilidad, especialmente a la hora de proponer orientaciones de política presupuestaria”, anuncia la Comisión.