La exposición soberana total de los bancos en la eurozona asciende actualmente a 2,9 billones de euros.
La pandemia de coronavirus ha provocado un aumento de la deuda pública casi sin precedentes para salvaguardar la economía durante los encierros. Y buena parte de esa deuda ha acabado en el balance de los bancos, volviendo a poner sobre la mesa el debate sobre la necesidad de abordar el riesgo soberano en los balances bancarios, que sigue siendo una amenaza para la estabilidad de la Unión Bancaria.
La exposición soberana total de los bancos en la zona del euro asciende actualmente a 2,9 billones de euros, es decir, un sustancial 9% de los activos totales, según datos del Banco Central Europeo (BCE) recopilados por los analistas de Deutsche Bank. La deuda nacional representa la mayor, 2,1 billones de euros, la deuda de otros gobiernos de la eurozona asciende a 493.000 millones y de gobiernos del resto del mundo de 316.000 millones.
Entre los principales países, los bancos en Italia tienen la mayor exposición en relación con el capital (194%), seguidos de España (105%), mientras que es mucho menor en Alemania (67%) y Francia (60%).
“El nexo entre bancos y soberanos resultó ser un círculo vicioso en el que los bancos y los gobiernos se debilitaron mutuamente durante la crisis de la deuda soberana de la zona del euro”, señalan los expertos de Deutsche Bank en un informe. “En última instancia, amenazó la existencia misma de la unión monetaria”, apuntan y recuerdan: “El riesgo soberano en los balances bancarios aún no se ha abordado, a diferencia de otras medidas de mitigación del riesgo introducidas por la Unión Bancaria. Sigue siendo el elefante en la habitación. La pandemia actual con su aumento de la deuda pública pone de relieve la necesidad de reforma”.
Los pros y los contras de la deuda en manos de los bancos
Deutsche Bank reconoce que la crisis actual “subraya los aspectos positivos a corto plazo de la estrecha relación entre gobiernos y bancos”. Las entidades absorbieron un tercio (284.000 millones de euros) de los bonos emitidos por los gobiernos entre marzo y septiembre de 2020, antes de que los gobiernos redujeran su deuda pendiente y los bancos redujeran sus tenencias de bonos en el último trimestre de 2020. También compraron más de una cuarta parte de los 53,5 billones de euros emitidos por la UE hasta enero de 2021 bajo el programa SURE.
“Obviamente, la demanda de los bancos da a los gobiernos un margen financiero muy necesario en tiempos de crisis y es un fuerte argumento a favor de un tratamiento regulatorio preferencial”, destacan los expertos.
Sin embargo, al mismo tiempo, “las grandes tenencias de deuda hacen que los bancos sean vulnerables a los problemas fiscales de su gobierno nacional, lo que puede generar un círculo vicioso que es difícil de detener y puede tener graves implicaciones económicas y sociales”. En la situación actual, la exposición a la deuda soberana de los bancos no solo está creciendo directamente, sino también indirectamente a través de préstamos bancarios con garantía pública a empresas privadas, como los avales del ICO en el caso español.
A juicio de los expertos, “la regulación debería disuadir a los bancos de acumular riesgos excesivos en sus balances mediante la acumulación de activos de bajo riesgo, pero ciertamente no exentos de riesgo”. “En el peor de los casos, las reclamaciones desmesuradas pueden ser una bomba de relojería, como demostró de manera drástica el default de Grecia en 2012”.
“Contener la exposición a la deuda soberana nacional no solo aumentaría la resistencia del sector bancario en Europa, sino que también fortalecería la Unión Monetaria Europea en su conjunto”, concluye Deutsche Bank.