La emergencia del turismo como principal actividad económica ha disparado el desempleo y la precariedad entre los jóvenes, por lo que tienen menos vivienda en propiedad y pueden ahorrar e invertir menos.
La situación económica de los menores de 35 años en España atraviesa un momento delicado. Nuestro país tiene una de las tasas de desempleo juvenil más altas de la OCDE, ya que en octubre de 2020, se elevaba a un 38,9% para los hombres y un 42,2% para las mujeres. Pero, la situación empeora si se hace una comparativa temporal. El dato más preocupante del estudio elaborado la Fundación Civismo se encuentra en que la riqueza neta ha caído de los 84.700 euros hasta los 5.300 euros, un 93,7%, para los menores de 35 años.
Como consecuencia de ello, el número de ciudadanos jóvenes con una vivienda en propiedad también ha retrocedido con fuerza en desde 2005 hasta la actualidad. “No se trata, por tanto, de que el valor de la vivienda haya menguado, que también, sino de que cada vez menos jóvenes tienen una vivienda en propiedad“, comentan en el estudio”. Según el informe, el problema no reside únicamente en que la vivienda haya visto mermar su valor, sino en que los jóvenes no pueden acceder a una. En esta línea, si en 2011 un 69% de los menores de 35 años poseía una vivienda, en 2017, ese porcentaje desciende hasta el 41%.
Menos planificación e inversión
Al caer drásticamente la riqueza y al tener un bajo nivel de formación financiera, la planificación y la inversión a largo plazo también se han reducido en estos últimos años. “La reducción de rentas, pero también la progresiva falta de educación financiera en España, ha provocado que el porcentaje de hogares jóvenes que invierten en bolsa pase del 7,2% en 2002 al 2,7% en 2017″, comentan.
De la misma manera, si hacia el año 2002, según la EFF, el porcentaje de hogares con fondos de inversión cuyo cabeza de familia era menor de 35 años ascendía al 5,6%, en 2017 descendió hasta el 1,4%. Un porcentaje muy pequeño si lo comparamos con otros rangos de edad, que se sitúan por encima del 6%.
Menos vivienda en propiedad
“El argumento de que los jóvenes no quieren adquirir vivienda y que, por esa razón, acumulan menos riqueza neta resulta cuestionable”, señalan desde Civismo. Según el Barómetro de junio de 2019 elaborado por el CIS, de entre las personas titulares de un alquiler, el 45% no disponía de suficientes ingresos para comprar una vivienda propia. Al mismo tiempo, y más relacionado aún, el 81,8% de los entrevistados preferiría, si pudiera, adquirir una a vivir de alquiler.
La educación española es un desastre
La situación de los jóvenes ha sido complicada durante los últimos años y ha empeorado de manera drástica. La covid-19, si ya de por sí ha resultado destructiva para la economía en general, se ha cebado con aquellos más vulnerables, entre los que, a nivel económico, figura este grupo de edad. La economía española debe cambiar, empezando en las nuevas generaciones. Unas que, si tienen la suerte de contar con un empleo, es en unas condiciones laborales nefastas, con bajos salarios, alta temporalidad y poca estabilidad. Esto les impide formar una familia, lo que reduce tajantemente el crecimiento vegetativo de la población. Esto, a su vez, dificulta el sostenimiento del sistema público de pensiones. Tampoco existe educación financiera suficiente como para que los jóvenes adquieran conciencia de que el panorama que les ha tocado vivir no es la habitual y tampoco lo es en otros países de Europa, solo en España, y una de las raíces de los problemas que sufre su economía.
Por su parte, y de manera transversal, tanto la educación básica como la superior están degradadas, el abandono escolar sigue resultando excesivamente alto y hace falta una reforma. Pero no una que iguale a la baja, sino que eleve los estándares de exigencia. Será la única forma de que la juventud española empiece a encarar el futuro.