Sus futuros rondan los 1.300 dólares frente al mínimo de 259,80 del año pasado. El impacto de los precios se está notando en las nuevas viviendas de EEUU.
Los rigores de la pandemia han afectado de una forma similar al grueso de las materias primas: un acusado descenso de la demanda y por tanto de los precios en los primeros compases de los confinamientos y un auge repentino de los mismos a medida que las economías se reabren, la demanda crece y se produce un atasco en la cadena de suministros. Sin embargo, dentro del elenco de materias primas, la madera ha tenido sus propios pormenores siendo uno de los casos más llamativos.
El pasado viernes, el mercado de futuros de la madera cerraba a 1294,70 dólares los 1.000 pies de tabla, equivalentes a 2,36 metros cúbicos. El dato ya no es solo reseñable por anotar un máximo histórico sin referente previo en las gráficas. Si se compara con el mínimo de 2020, los 259,80 dólares en los que cerró la sesión del 4 de abril, se obtiene un aumento del casi 400%. La locura ha continuado este lunes, cuando la negociación se ha tenido que parar en el mercado de Chicago después de que los futuros se dispararan un 2,5%.
Han sido varios los factores que han creado la tormenta perfecta para el aumento de los precios de la madera en los últimos años. En 2019, una débil demanda, unos niveles excesivos de inventario y unas condiciones climáticas severas hicieron que los proveedores de madera cerraran factorías y redujeran la producción. El resultado fue una presión significativa a la baja en los precios de la madera durante la mayor parte del año y cierres de algunos aserraderos por parte de empresas como Canfor y West Fraser Timber, el mayor proveedor de madera del mundo.
En 2020, con toda actividad paralizada por el coronavirus, los bajos tipos de interés y el contexto de tener que permanecer en casa hizo a los estadounidenses más proclives a la demanda de nuevas viviendas, subiendo por tanto la de la madera, clave en las construcciones del país. También se experimentó un auge de las reformas y ampliaciones de los hogares. Esta coyuntura pilló a los productores con el pie cambiado de 2019 y comenzó a empujar al alza los precios.
En lo transcurrido de 2021 el repunte ha sido aún más agudo. La escasez es patente en toda la cadena de suministro de la madera. Los aserraderos han tenido problemas para aumentar su capacidad de producción lo suficientemente rápido como para satisfacer el aumento de la demanda. Mientras tanto, los retrasos en el transporte y la escasez de trabajadores en los propios aserraderos han aumentado los costes, que ahora se trasladan a los consumidores. Los futuros de la madera se han disparado más de un 60% en lo que va de año y los analistas no esperan ningún alivio hasta finales de 2021.
Por si esto no fuera suficiente, el número de personas que trabajan en aserraderos y en la conservación de la madera en EEUU ha descendido aproximadamente un 30% con respecto a hace 20 años, y el número de taladores se ha reducido casi un 40%, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales del país recopilados por Bloomberg. Aunque la automatización ha reducido el número de trabajadores necesarios y ha aumentado la eficiencia, los analistas consideran que los niveles actuales de empleo están por debajo de la demanda.
Pero la mano de obra no es el único problema de suministro a largo plazo. El cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas amenazan la explotación forestal. Una plaga de pequeños escarabajos del pino de montaña está empeorando a medida que los inviernos más cálidos permiten que los insectos prosperen en más lugares del mundo. Los incendios forestales masivos son una preocupación creciente para los bosques de la costa oeste de EEUU y Canadá. Mientras tanto, la industria maderera y los defensores del medio ambiente se disputan qué tierras deben seguir siendo protegidas.
Sin embargo, la proliferación de escarabajos en Europa está ayudando a aumentar los suministros a EEUU este año, ya que los insectos están matando muchos árboles y eso aumenta la tala. Las importaciones de madera de EEUU deberán crecer aproximadamente un 15% en 2021 para satisfacer el aumento de la demanda y se espera que gran parte de ellas provengan de Europa.
Impacto en la vivienda
Este frenesí de precios en el mercado de la madera se mantendrá probablemente durante el pico de construcción de viviendas en EEUU, previsto para este verano. De hecho, como se mencionaba antes, no se espera que los suministros de madera vuelvan a la normalidad hasta finales de 2021. Para entonces, la demanda podría empezar a disminuir.
Mientras tanto, estas subidas seguirán echando leña al fuego de los precios de la vivienda haciendo que la adquisición sea más difícil para amplios sectores de la población. El aumento de los costes de la madera ya ha añadido más de 24.000 dólares de media al precio de una vivienda nueva en EEUU, según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas. Las empresas de esta industria y los legisladores ya han pedido a la Administración Biden que intervenga y busque soluciones a la escasez de madera.
Pese a estos reclamos al Gobierno, no todo ha sido malo para algunas de las compañías del sector maderero. Canfor ha visto cómo sus acciones han subido un 107% durante todo este período, mientras que los títulos de West Fraser Timber y de Weyerhaeuser han aumentado un 80% y un 30% respectivamente, según datos de Markets Insider.