Las compras del BCE y las emisiones en primario hunden un 20% las transacciones.
Las compras masivas de activos por parte de los bancos centrales, la tabla de la salvación del mercado de deuda para hacer frente los estragos de la crisis económica derivada de la pandemia, han tenido un efecto colateral. Han secado el mercado secundario europeo y reducido de forma considerable el número de transacciones.
En el primer trimestre del año el volumen de transacciones ha caído en un 21% en Europa, según los datos recogidos por Bloomberg. “El mercado secundario está más parado, no solo en España sino en Europa. Los volúmenes han caído de media un 20% frente al año pasado. Hay tantas emisiones nuevas en el mercado, en las que se pueden lograr tickets elevados y con prima de emisión que el secundario se ha paralizado. Los diferenciales no se han movido demasiado, incluso se han estrechado”, asegura Regina Gil Hernández, global head de Crédito de BBVA.
Unas cifras que también se reflejan en otra plataforma clave del mercado secundario en Europa: TradeWeb. Esta muestra una caída de los volúmenes negociados del 29% frente a hace un año.
En deuda soberana, la pasada semana se cerró con una avalancha de papel en la zona euro a tipos cada vez más largos. Irlanda colocó 3.500 millones con vencimiento a 20 años, mientras que España emitió 6.000 millones a 15 años y Austria e Italia vendieron bonos a 50 años, en plena vorágine de los estados de la zona euro por emitir deuda con la que sufragar los costes derivados de la crisis en un entorno de bajos tipos de interés.
Ignacio Fuertes, director de inversiones de Rentamarkets, reconoce que la actual sequía del secundario no es algo nuevo: “Son ciclos que ocurren”. El experto apunta a tres elementos: la presión regulatoria sobre el sector financiero, que “ha drenado la capacidad de los bancos de asumir riesgos”; las valoraciones, y el papel de los bancos centrales. “Estamos en récord de tipos en mínimo. Tanto en cuanto a rentabilidades como de diferenciales, y esto hace que sea muy complejo sacarle jugo a la operativa”.
Por lo pronto, el Banco Central Europeo ha adquirido a través del programa de compras antipandemia 943.647 millones de euros. A ello se le suman 2,38 billones de euros que acumulaba hasta el 9 de abril bajo su programa de compra de deuda corporativa.
El principal temor de los inversores está siendo la volatilidad. “Los inversores se espantan: les da igual dónde esté el bono estadounidense a 10 años, pero sí les preocupan los altibajos constantes. El BCE ha disparado las compras, como anunció el 11 de marzo, lo que resta liquidez al secundario. En cualquier caso, cuando las tasas se consoliden, lo lógico es que los volúmenes en secundario también se consoliden”, asegura la directiva del BBVA.
Escasez
Rafael Valera, CEO y gestor de Buy & Hold, reconoce que hay pocos movimientos en el mercado secundario, si bien en este momento existe “una liquidez total sobre todo si se quiere vender”. “Se están moviendo poco las carteras y hay deuda que no encuentras para comprar, como la deuda subordinada de los bancos”, afirma.
BME publicó ayer el informe anual de renta fija, que constata la avalancha en el mercado primario, con un instrumento que ha sido claramente estelar: los pagarés. Sus emisiones se dispararon el año pasado un 48%, hasta los 22.300 millones de euros. Si bien, en el primer trimestre de este año, las admisiones suman 3.3058 millones, lo que supone un descenso del 27%, según las estadísticas de BME Renta Fija. El informe también revela que la negociación en la plataforma Send de renta fija privada se hundió en el conjunto de 2020, un 37% menos, hasta los 166 millones.
Moderación de los tipos
Tras la escalada de los tipos de la deuda soberana en el mes de febrero ante el temor a un aumento de la inflación, la calma ha regresado al mercado de deuda. El bono estadounidense a 10 años ofrece el 1,6% frente al máximo anual del 1,8%. Con todo, la experta de BBVA lo tiene claro: “El alza de las tasas en Estados Unidos es imparable: hay crecimiento, inflación real… En Europa es diferente. Lagarde sí que está intentando contener el alza de tipos, porque no hay tanto crecimiento como en EEUU”.