La situación de la banca es muy precaria y, dadas las dificultades para mantener los márgenes de intereses consecuencia de los bajos tipos de interés, buscan aguantar el negocio vía incremento de comisiones.
Los resultados del ejercicio de los bancos españoles en 2020 se tiñeron de rojo. En concreto, el resultado neto consolidado del conjunto del sistema bancario español fue negativo por un importe cercano a los 8.000 millones de euros, lo que supone un descenso de casi 26.500 millones, frente a los beneficios registrados el año anterior. Hay que matizar en estas pérdidas que las dos primeras entidades realizaron ajustes de sus fondos de comercio por un importe superior a los 12.000 millones de euros en el primer semestre del año, y otros ajustes como los vinculados a activos fiscales.
La realidad de la banca española es que, con los últimos datos en mano, está ofreciendo crédito a la vivienda con un TAE ponderado a todos los plazos del 1,73% en el mes de marzo y del 1,69% en febrero, firmando su mínimo histórico. Por el lado de los depósitos a la vista y a plazo hasta año estamos en el 0,01%-0,02% (sin aplicar comisiones) y para dos años se remunera un tipo del interés del 0,10%.
En el contexto actual, los elevados volúmenes de liquidez unido a la extensión de las condiciones favorables de financiación de las entidades y la ampliación del programa de compras de deuda pública, han contribuido a situar los tipos de interés de los mercados monetarios en niveles mínimos.
Los tipos de interés han descendido tanto que las cuentas corrientes que tradicionalmente eran la vía más barata para captar capital, se remuneran a cero cuando en el mercado mayorista se paga en negativo. La conclusión de la banca es: si no tienes un depósito cuantioso, o una actividad vinculada que compense los servicios financieros y la infraestructura asumida, hay que repercutir un precio al servicio ofrecido.
A los grandes capitales ya se les estaba repercutiendo, al acceder a las TIRs negativas del mercado de deuda (los depósitos bancarios están garantizados hasta 100.000 euros por entidad) ahora van a por los pequeños. Y la situación es perfecta para imponer las nuevas comisiones, un mercado bancario en forma de oligopolio a través de las múltiples fusiones en los últimos años. Coordinarse antes que competir.
A pesar del mayor peso sobre el activo total que han alcanzado las comisiones netas en los últimos años, como fuente adicional de ingresos, Esta tendencia creciente de las comisiones se ha detenido como consecuencia de la crisis del COVID-19. Sin embargo, **este año, ante las perdidas ocasionadas, se plantea el “comisionazo”.
Durante esta primera parte del año ya hemos visto movimientos por parte de la banca para apretar las comisiones.
Por ejemplo, el Banco Santander carga una comisión de 20 euros al mes, 240 euros al año, desde inicios de este año a los clientes que no cumplen ningún requisito de su programa Santander One: Domiciliando tus ingresos y pagos y adquiriendo un producto de ahorro, financiación o protección.
Pero no fue el primer banco en cobrar 240 euros al año, los clientes del líder del mercado bancario en número de oficinas, Caixabank, deben soportar desde el 1 de octubre del año pasado que por el mantenimiento de sus cuentas se les repercuta por trimestre 60 euros.
Entrando en junio, aquellos que se integran en la Cuenta Expansión del Banco Sabadell pagaran 30 euros si no cumplen las condiciones de la cuenta. En el grupo de pagar 120 euros al año se incorporan dos entidades más: Unicaja y Kutxabank.
Ese importe ya lo habíamos visto previamente en una entidad, ING. En abril optó que los clientes de su producto estrella, la Cuenta Naranja, deben de escoger entre domiciliar su nómina para mantener la cuenta de forma gratuita o bien afrontar una comisión mensual de 10 euros y dejar de percibir la remuneración del 0,01% que actualmente ofrece este producto.
En Bankia podemos encontrar una comisión intermedia entre los grandes bancos y los pequeños: afrontaríamos el pago de 14 euros no cumple con los requisitos de la cuenta Por Ser Tú, sumando 168 euros al año.
BBVA se movería en una línea similar. Para el 15 de junio endurece las condiciones y ya no bastaría con tener ingresos y recibos domiciliados, hay que contactar algún producto de la entidad. Nos encontramos con una comisión de mantenimiento de 40 euros al trimestre (160 euros al año).