Los dos organismos europeos encargados de privacidad y protección de datos aseguran que el reconocimiento facial pone en riesgo derechos y libertades fundamentales.
Los supervisores europeos encargados de la protección de datos personales pidieron este lunes que la Unión Europea modifique su legislación para prohibir totalmente que se usen tecnologías de inteligencia artificial como el reconocimiento facial para identificar a personas en lugares públicos. Consideran que supone “un riesgo extremadamente alto” contra la privacidad.
Su dictamen es solo una opinión, pero difícilmente la Comisión Europea podrá hacer oídos sordos. El ‘European Data Protection Supervisor’ y el ‘European Data Protection Board’ firmaron un comunicado conjunto en el que explican que el uso de tecnología de reconocimiento facial en público “significaría el fin del anonimato en esos lugares públicos” y que “aplicaciones como el reconocimiento facial en directo interfieren con derechos y libertades fundamentales en tal medida que ponen en duda la esencia de esos derechos y libertades”.
Su comunicado pide una “prohibición general” de que la inteligencia artificial pueda usarse para “reconocimiento facial, identificación de huellas dactilares, ADN, voces o cualquier otra señal biométrica o de comportamiento y en cualquier contexto”. La prohibición que exigen incluiría también que las autoridades se sirvan de la inteligencia artificial para “categorizar a individuos basándose en su etnia, género, oriental sexual o política”.
La supervisión de datos
El ‘European Data Protection Supervisor’ es la autoridad responsable de hacer que las propias instituciones de la Unión Europea cumplan la normativa europea sobre protección de datos. El ‘European Data Protection Board’ es la red de reguladores nacionales de protección de datos, como la Agencia Española de Protección de Datos.
El documento va destinado oficialmente a la Comisión Europea, pero también será de lectura para los gobiernos. La Comisión publicó en abril su propuesta de reglamento para regular la inteligencia artificial.
En esa propuesta no se prohíbe totalmente el uso de esas tecnologías para identificación de personas en lugares públicos. Así, la propuesta del Ejecutivo europeo sí incluye excepciones que permitirían usar el reconocimiento facial en algunas situaciones, como en la búsqueda de niños desaparecidos, en amenazas terroristas o para localizar a personas buscadas por sospechosas de haber cometido algún crimen.
Los dos organismos de protección de datos aseguran también en su comunicado que “desplegar identificación biométrica remota en espacios accesibles al público significa el fin del anonimato en esos espacios” y que “una prohibición general del uso del reconocimiento facial en áreas públicas es el punto de partida si queremos preservar nuestras libertades y crear un marco legal para la inteligencia artificial que se base en el respeto al ser humano”.
La Comisión Europea reaccionó ya a la petición de prohibición general del uso de esas tecnologías en público. Dijo que “toma nota” de la opinión de los supervisores de protección de datos, pero que su propuesta “ofrece suficiente protección y limita el uso de esos sistemas al mínimo estrictamente necesario”. La propuesta de la Comisión está en trámite. Ahora mismo representantes del Parlamento Europeo y de los gobiernos negocian su alcance. Bruselas entiende que necesita esta legislación –más o menos estricta- para permitir el desarrollo de esas tecnologías y no quedar atrás en la carrera que lideran China y Estados Unidos.