Chatcontrol fue respaldado por 537 eurodiputados, otros 133 votaron en contra. La ley obligaría a los proveedores a que habiliten una “puerta trasera” para husmear.
El Parlamento Europeo dio el visto bueno a una nueva ley que permitirá la vigilancia masiva en aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Telegram y servicios de correo electrónico como Gmail. Con 537 votos a favor, 133 votos en contra y 20 abstenciones, la Eurocámara derogó la llamada ePrivacy y el ejecútese de Chatcontrol para monitorear las comunicaciones en Internet.
La legislación fue aprobada bajo el argumento de que servirá para contrarrestar la pornografía infantil y otros delitos asociados. Con la iniciativa, los legisladores pretenden que las plataformas digitales habiliten una «puerta trasera» para husmear a los usuarios, en caso de que las autoridades así lo determinen bajo sospecha.
Con la nueva disposición, las empresas de mensajería digital tienen la opción de monitorear o no a sus usuarios para hallar contenido sospechoso y notificarlo. Sin embargo, los diputados aprobarían en los próximos meses un lineamiento para obligar a los proveedores de mensajería a una vigilancia masiva sin discriminar a ninguna persona.
Para Patrick Breyer, diputado alemán por el Partido Pirata, la aprobación de la ley es un golpe para los defensores de la privacidad. Además, la decisión legislativa también afectaría a los medios de comunicación, ya que podrían ser identificadas sus fuentes periodísticas. Muchas veces estas personas prefieren el anonimato por cuestiones de seguridad.
«La adopción del primer reglamento de la Unión Europea sobre vigilancia masiva es un día triste para aquellos que dependen de las comunicaciones y el asesoramiento libre y confidencial, incluidas las víctimas de abusos y las fuentes de la prensa. El reglamento asesta un golpe mortal a la confidencialidad de la correspondencia digital», explicó el legislador.
En una encuesta difundida en marzo, realizada entre más de 10.000 ciudadanos de 10 países europeos, la mayoría de los encuestados rechazó la medida que aún era debatida en el parlamento. El estudio determinó que el 72% de los participantes estaba en contra del Chatcontrol y que el 18% de los entrevistados lo apoyaba.
Funcionamiento de Chatcontrol
Los proveedores de servicios de mensajería como WhatsApp o Telegram, por ejemplo, deberán monitorear automáticamente y sin discriminación todo lo que hacen sus usuarios con las aplicaciones. Es decir, terceras partes tendrían acceso a los mensajes, imágenes y demás archivos que son compartidos en las apps.
Estas acciones de vigilancia se realizarán con herramientas basadas en inteligencia artificial y aprendizaje automático (Machine Learning). El sistema, en caso de sospecha, notificaría a las autoridades de un posible delito de pornografía infantil. Algunas empresas como Facebook, Microsoft y Google ya han implementado Chatcontrol en sus servicios.
El temor generalizado sobre la vigilancia masiva reside en que se elimina el secreto de la correspondencia digital privada en tiempo real. Organizaciones políticas como el Partido Pirata la señalan de ser un método totalitario a partir del cual podrían incriminar a personas que no están involucradas en ningún delito.
Privacidad en las apps y los derechos humanos
En un reporte difundido por CriptoNoticias en febrero de este año, fueron analizadas hasta seis aplicaciones de mensajería según sus niveles de seguridad, privacidad y anonimato. Estos tres aspectos son los que muchas veces son tomados en cuenta por los usuarios para establecer comunicaciones en Internet.
Entre las apps analizadas estuvieron: Status, Threema, Matrix, Signal, Telegram y WhatsApp. Las tres primeras fueron consideradas como las aplicaciones con mayor nivel de privacidad, seguridad y anonimato. El resto obtuvo una menor calificación, aunque son las más populares en el mercado.
En el orden jurídico internacional la privacidad es asumida como un derecho en el que las personas son protegidas contra injerencias a su vida privada. En la Convención Americana sobre Derechos Humanos el artículo 11.2 establece lo siguiente:
«Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación». En el artículo 11.3 se añade que toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques.