España sigue sobresaliente en escuelas de empresa y suspensa en universidades de prestigio. Con la nueva ley esto no se va a arreglar.
España tiene una curiosa dicotomía, mientras que abundan en sus fronteras las escuelas de negocios de prestigio, las universidades no destacan. En el Ranking de mejores MBA del Financial Times de 2021 (el programa estrella de las escuelas de negocio), aparecen cuatro programas en España (IESE, IE, ESADE y EADA), en cambio en el ranking de Shanghai de Universidades no encontramos ni una sola en el top 100. Ya entre las posiciones 151 y 200 aparece la de Barcelona, y entre el 201 y el 300 la Autónoma de Barcelona, la Complutense de Madrid, la de Granada y la de Valencia.
Esto no es nada nuevo, lo hemos tratado varias veces en estas páginas y también hemos tratado varias veces los problemas que tenemos y las posibles soluciones. De vez en cuando un gobierno trae adelante un nuevo proyecto de ley que promete acabar con el problema de nuestra universidad, este gobierno no ha sido menos y empieza introduciendo un proyecto que va a fracasar, ya que su objetivo no es crear un sistema universitario.
El nuevo proyecto del gobierno
El nuevo proyecto del Ministro de universidades Manuel Castells puede obligar al cierre de una de cada tres universidades privadas en España según el observatorio unviersitario (una asociación de universidades catalanas).
El objetivo es que un centro pueda ser una universidad o no, dependiendo de los profesores contratados, el trabajo de investigación que se haga en la misma, el número de títulos de grado ofertados y de que la universidad ofrezca al menos titulaciones en tres de cinco ramas de conocimiento. Estas ramas son Arrtes y Humanidades, Ciencias, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas e Ingeniería y Arquitectura). Se hace una excepción para las universidades politécnicas, eso sí.
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia reconoce que este requerimiento no está vinculado con una mayor calidad del servicio universitario. Tampoco la limitación del peso de los títulos de grado, es decir, que se ofrezcan títulos de grado, un número mínimo de ellos. Y es que esta reforma está centrada en evitar que ciertos centros educativos puedan ser universidades, independientemente de la calidad del servicio y de los mismos. De hecho muchos centros universitarios de prestigio mundial que están especializados en un área de conocimiento, no podrían operar en España bajo los criterios de Castells, sino que tendrían que estar asociados a otra universidad. De muchos de estos centros han surgido artistas, premios Nobel, científicos, políticos y emprendedores que han hecho mucho por la sociedad, pero en España no podrían actuar.
Centros Universitarios de prestigio que no podrían operar en España bajo la regulación Castells
- London School of Economics and Political Science, la Universidad especializada en ciencias sociales más conocida del mundo, donde han estudiado gente como los premius Nobel Ronald Coase, George Bernard Shaw y Amartya Sen.
- Institut d’études politiques de Paris, otra universidad especializada en ciencias sociales, donde estudiaron Marcel Proust, Christian Dior o Emmanuel Macron
- University of the Arts London, de donde han salido diseñadores como John Galliano o pintores como Rita Angus
- Julliard School en Nueva York, en la que han salido actores como Kelsey Grammer y Christopher Reeve o la cantante y activista Nina Simone
- Medizinische Hochschule Hannover, una escuela de Medicina donde obtuvo sus estudios la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
- Universität der Künste Berlin, la Universidad de las Artes de Berlín, que ha sido el centro de formación del premio Nobel en literatura Gunter Grass o de la pianista Caroline Fischer
- La universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, de la que se han graduado el premio Nobel de literatura Gao Xinjiang y muchos diplomáticos chinos.
Es decir los centros universitarios especializados de prestigio no son raros, son más comunes en muchos países europeos y muchos ofrecen formación de primer nivel, viendo donde acaban sus egresados. Luego considerar que la especialización es necesaria para dar formación universitaria de calidad, es un criterio. Es cierto que no necesariamente perjudica, pero creo creo que en España con un sistema universitario que deja bastante que desear, no deberíamos cerrarnos a universidades especializadas, viendo el buen resultado que tienen en otros lugares.
¿Cómo deberíamos de medir la calidad de la universidad?
Se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo hoy en día para obtener el grado de doctor, es necesario tener un artículo publicado en una revista académica de cierto prestigio en la que se aparezca como primer o segundo autor. Se podría forzar a que una universidad generara un número de artículos X por profesor contratado en un periodo Y de años. También se pueden hacer auditorías, incluyendo pruebas al alumnado. Se puede revisar también la empleabilidad de los antiguos alumnos, ¿encuentran trabajo más fácilmente y mejor pagado que los que no tienen estudios equivalentes? Se pueden hacer campañas que expliquen a la población la diferencia entre una buena y una mala universidad, aunque a ver si algunas públicas acaban saliendo mal paradas.
Lo que no se debe es limitar la competencia con criterios arbitrarios, cerrar universidades no va a mejorar el sistema universitario (así como estas universidades tendrán tiempo de adaptarse o incluso fusionarse con otras que les complementen). Lo que se debe intentar es incrementar la competencia, para forzar a las universidades a mejorar.