La red de ciberespionaje se extiende a diez países y ha usado el software malicioso en teléfonos móviles para extraer información.
Más de 50.000 de activistas, abogados y periodistas en todo el mundo han sido espiados por regímenes autoritarios durante años usando el software Pegasus, de la compañía israelí NSO, según una investigación auspiciada por la organización Forbidden Stories y Amnistía Internacional y en la que han participado 16 medios internacionales.
La red de ciberespionaje se ha extendido a diez países (India, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Azerbaiyán, Kazajistán, Hungría, México, Marruecos, Bahrein y Ruanda) y ha usado el software malicioso en teléfonos móviles para extraer mensajes y fotos, grabar llamadas o activar micrófonos.
Según revela The Guardian, entre las víctimas del ciberespionaje se encontraba el periodista mexicano Cecilio Pineda Birto, asesinado en marzo de 2017 tras la difusión de un programa sobre la corrupción en el sur de México. Pinea Birto fue posiblemente localizado por sus asesinos en una instalación de lavado de coches en Ciudad Altamirano, donde fue abatido a tiros.
En la lista de 180 periodistas espiados se encuentra la actual directora del Financial Times (FT), Roula Khalaf, supuestamente espiada por el Gobierno de Arabia Saudí cuando ocupaba el cargo de directora adjunta de la publicación en 2018. Khalaf fue durante años enviada especial del FT a Oriente Próximo. El diario financiero ha recalcado que “la libertad de prensa es un derecho fundamental” y que cualquier interferencia del Estado es “inaceptable”.
Otros periodistas de investigación de destacados medios internacionales –Wall Street Journal, CNN, New York Times, Al Jazeera, France 24, Radio Free Europe, Mediapart, El País, Associated Press, Le Monde, Bloomberg, France-Presse, The Economist, Reuters y La Voz de América- figuran también en la lista de objetivos del programa Pegasus.
La compañía israelí NSO ha recalcado por su parte que las licencias para el uso de su programa de espionaje solo se conceden a países en la lucha contra “delitos mayores y terrorismo”. La información revelada por el así llamado ‘Proyecto Pegasus’ ha dejado sin embargo en evidencia la existencia de una auténtica red global con ramificaciones en algunos de los regímenes más autoritarios.
En su reciente informe sobre “transparencia”, NSO se jactaba precisamente se estar a la cabeza mundial en capítulos como la protección de los derechos humanos y recalcaba como sus productos de espionaje informático solo pueden ser usados para investigaciones de altos delitos o de seguridad nacional.
El ‘Pegasus Project’ ha revelado sin embargo que el software puede haber sido usado para espiar a periodistas de investigación, a activistas pro-democracia o a rivales políticos y críticos de las políticas gubernamentales. Una investigación aleatoria realizada por el Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional descubrió trazas del programa Pegasus en 37 de 67 teléfonos examinados.
De los diez países donde inicialmente se ha descubierto la red de ciberespionaje, México va a la cabeza con 15.000 teléfonos intervenidos, seguido de Marruecos y Emiratos Árabes, con 10.000 cada uno. En total se han identificado teléfonos de 45 países, más de mil de ellos en Europa.
La investigación revela también que el software israelí pudo haber sido utilizado para espiar a Jamal Khashoggi y monitorizar los movimientos de su círculo cercano antes y después de su asesinato en octubre de 2018.