El 64,1% apuesta por dar la misma importancia al castellano, al inglés y al catalán, mientras que un 21,1% prefiere una educación bilingüe con las dos lenguas oficiales.
La Generalitat insiste en asegurar que la inmersión lingüística representa un consenso social mayoritario. Sin embargo, varios estudios ponen en cuestión que los ciudadanos quieran que el catalán sea la única lengua vehicular de la enseñanza secundaria. De hecho, un 64,1% de los ciudadanos apuesta por un modelo trilingüe de catalán, castellano e inglés.
Son datos extraídos del estudio Parochial Linguistic Education: Patterns of an Enduring Friction within a Divided Catalonia de los académicos Josep Maria Oller, Albert Satorra y Adolf Tobeña. La encuesta de la que extraen estas conclusiones fue realizada por la empresa GAD-3 en diciembre de 2020 a mayores de 18 años por vía telefónica.
El estudio refleja que un 64,1% de los encuestados apuesta por una enseñanza trilingüe (catalán, castellano e inglés a partes iguales), seguido de los que defienden un modelo educativo bilingüe con las dos lenguas oficiales de Cataluña.
Los que defienden una educación mayoritariamente en catalán solo representan al 9%, mientras que los que solo quieren educación en castellano representan al 5% de los encuestados.
Partiendo de estas preferencias, el estudio también pregunta sobre el modelo educativo que debería ofrecer la Generalitat. Y los porcentajes son similares a los anteriores. El 53% piensa que se debería ofrecer una enseñanza trilingüe, frente al 21,4% que apuestan porque sea bilingüe.
Los ciudadanos que reclaman al Govern una enseñanza exclusivamente en catalán representan al 12% de los encuestados frente al 4,7% que querrían ese modelo exclusivamente para el castellano. Solo un 6,6% cree que el modelo debe ser escogido por los padres.
Una prueba de español igual para toda España
Los conocimientos del español también deberían reforzarse, en opinión de la mayoría de los encuestados. El 51,4% de los catalanes mayores de 18 años está de acuerdo en impulsar una prueba nacional unificada de conocimientos del castellano, sobre todo para reforzar el currículum del alumno a nivel internacional.
Esa prueba, a día de hoy, no existe, puesto que las competencias básicas en materia de Educación y las decisiones sobre los exámenes de Selectividad están transferidas a las comunidades autónomas.
Los catalanes también apuestan por un modelo similar al gallego, donde se prima la lengua materna en la educación infantil. Un 50,1% cree que la educación debe comenzar siempre por el idioma nativo del alumno, frente a un 27,3% que está en desacuerdo con que el habla materna del alumno prevalezca en su primera etapa educativa.
Preguntados si los alumnos que no están siendo educados en su lengua materna en la escolarización pública están en desventaja, solo un 26,9% de los ciudadanos asegura estar de acuerdo con esta cuestión. Por contra, un 45,7% de los encuestados rechaza que los castellanohablantes estén en desventaja.
Una proporción que se repite al ser cuestionados si el modelo educativo catalán dificulta al desarrollo de varios aspectos de la vida de los catalanes, como el trabajo. Un 43,8% rechaza que sea un impedimento social, frente a un 26,9% que aborda con preocupación esta situación.
La mayoría de catalanes, en contra del actual modelo
“En conjunto, los resultados indican que una parte importante de los ciudadanos catalanes están sometidos a un sistema educativo que no satisface sus preferencias lingüísticas”, explica el citado estudio. La muestra también destaca las escasas diferencias de criterio entre los que tienen como primera lengua el catalán y los que tienen al castellano.
En el caso de los castellano-hablantes, un 66% apuesta por la enseñanza trilingüe, un 25% por la bilingüe, un 6% solo en castellano y un 4% solo en catalán.
En cuanto a los catalano-parlantes, un 61% apuesta por dar la misma importancia al castellano y al inglés que al catalán, un 16% defiende la enseñanza bilingüe, un 1% únicamente en castellano, y un 20% solo en catalán.
En todo caso, destaca el estudio, “ambos grupos dieron un apoyo considerable y similar a una educación bilingüe (catalán y castellano) o trilingüe (catalán, castellano e inglés), con un equilibrio equitativo entre estas lenguas a lo largo del avance curricular”, frente a una minoría que apoya la inmersión lingüística.
La convivencia en Cataluña, por grupos lingüísticos
El estudio también hace hincapié en la identidad en Cataluña y los problemas derivados del ‘prusés’ catalán A la pregunta sobre si el desafío independentista ha supuesto un problema de convivencia, el grupo con el castellano como lengua materna cree que sí en un 65,9%. Entre los que hablan catalán, esta conclusión es compartida por el 26,4%.
La preocupación por el ‘prusés’ también se refleja en los sentimientos de catalanidad y españolidad. Mientras que la mayoría de personas que tienen el castellano como primera lengua se definen tan catalanas como españolas (56%), la opción preferida por los hablantes de catalán es la de ser “más catalán que español” (41%), seguida de ser “solo catalanes” (29%).
Sobre el daño que ha sufrido la economía catalana como consecuencia del auge independentista, los dos grupos coinciden que el ‘prusés’ ha sido dañino. Así lo afirma el 83% de los castellanohablantes, frente al 50% de los catalanohablantes. Un 25% de los que hablan catalán cree que no ha afectado, y un 15% defiende que ha sido beneficioso.
En cuanto a cuál debería ser la autoridad que se encargara de la educación, también hay disparidad en función del grupo lingüístico. El 51% de los catalanohablantes cree que debería ser solo la Generalitat quien tuviera las competencias, frente al 37% de los que usan el castellano, que creen que debería ser una materia compartida entre los gobiernos central y autonómico.