La tasa de paro juvenil ha aumentado ocho puntos frente a 2019, hasta niveles de hace cuatro años, mientras la deuda no deja de marcar récords.
El rebote económico de los últimos meses y las medidas de apoyo al mercado laboral-como los ERTE- no han conseguido borrar los efectos dramáticos que la pandemia ha tenido sobre los más jóvenes en términos de empleo.
Desde diciembre de 2019, la tasa de paro juvenil ha aumentado en cerca de ocho puntos, hasta el 38,38%. Un dato que permite afirmar ya que prácticamente uno de cada 10 jóvenes que quiere trabajar y no puede es víctima en el terreno laboral de la Covid-19.
Esto ocurre en el país que encabeza la lista del desempleo entre los jóvenes de la eurozona, compitiendo con Grecia. Casi cuatro de cada 10 menores de 25 años que busca un trabajo en España no lo encuentra.
Y ello con el agravante de que se trata de una generación que tendrá que pagar la mayor parte de la factura que ha dejado esta crisis en el último año y medio en el que la deuda pública ha crecido hasta marcar un récord de 1,4 billones de euros. En términos generales, si antes de la Covid-19 a cada español le correspondía pagar 25.116 euros por la factura de la deuda pública, tras el último dato del Banco de España esa cifra ha aumentado hasta los 30.861 euros, es decir, 5.745 euros más per cápita.
El paro juvenil y la falta de disciplina en las finanzas públicas son dos de los lastres que arrastra España desde hace años. Esto ha convertido a los jóvenes españoles en un segmento de población muy vulnerable a las crisis económicas.
Con el agravante de que la generación que precede a estos veinteañeros en el mercado laboral padeció las nefastas consecuencias de la crisis de 2008, que en el caso de España se extendió con dureza hasta el año 2013.
En aquellos años, el paro juvenil llegó a rozar el 57%. Se tardó años en revertir la situación y con la Covid-19 hemos retrocedido cuatro años, hasta una situación similar a la del segundo trimestre de 2017 (con los datos del cierre de junio de este año).
Precisamente, de aquella crisis de origen financiero e inmobiliario los españoles arrastrábamos una deuda que llegó a superar el 100% del PIB en 2014 y a cierre de 2019, representaba todavía el 95,50% de nuestra riqueza anual.
Tras el peor momento de las restricciones, en el tercer trimestre del pasado año, la tasa de paro entre los menores de 25 años llegó a superar el 40% sin que haya sido posible mejorar de forma significativa ese dato que la EPA del segundo trimestre de 2021 colocó en el 38,38%.
Ni siquiera ahora que el Gobierno ha empezado a hablar de niveles de empleo previos a la pandemia se ha conseguido mejorar las perspectivas de los menores de 25 años que quieren comenzar a trabajar o han perdido su empleo por la Covid-19.
Diferencias entre CCAA
La situación no es similar en todas las comunidades autónomas. Como era de esperar, en Baleares y Canarias -las dos regiones más afectadas por la Covid en términos económicos- la tasa de paro entre los jóvenes ha aumentado en más de 17 puntos, según cálculos de este periódico con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Llama la atención, el avance tan importante que ha sufrido el paro juvenil en la Comunidad Valenciana, con un incremento de 15 puntos entre diciembre de 2019 (último dato prepandemia) y el cierre de junio de 2021. Es un periodo de tiempo en el que el paro ha aumentado en dos puntos en la autonomía que preside Ximo Puig, lo que demuestra la virulencia con la que han salido los jóvenes del mercado laboral en esta región.
También son muy preocupantes los avances registrados por el paro entre menores de 25 años en La Rioja (15,85 puntos), el País Vasco y Cantabria (más de 12).
Le sigue el rally en paro juvenil que ha experimentado Madrid, con nueve puntos más que antes de la pandemia, seguida de Navarra y Asturias -más de ocho puntos- y Cataluña -con más de 7,2-.
Solo Murcia y Aragón dan una sorpresa positiva en este terreno y han conseguido reducir en algo el desempleo entre los jóvenes en los últimos seis trimestres de pandemia.
De los datos del INE también se desprenden otras conclusiones interesantes sobre cómo ha afectado la pandemia a los jóvenes que quieren acceder al mercado laboral. Una de ellas es que se ha mantenido intacta la brecha de género entre los menores de 25 años.
La tasa de paro juvenil femenino ha alcanzado el 39,90% en 2021 y la masculina el 37,07%. En ambos casos, es un dato 7,8 puntos superior al que se registraba en diciembre de 2019, antes de que la pandemia comenzara a tener un impacto devastador sobre nuestro mercado laboral.
Sin embargo, si se atiende al conjunto de la población activa española, la tasa de paro en términos globales sí ha crecido más entre las mujeres que entre los hombres en este último año y medio, con un aumento de casi un punto.
En este caso, por regiones, las comunidades que más han retrocedido en igualdad son los dos archipiélagos (por los estragos del cierre de la actividad turística), La Rioja y la Ciudad Autónoma de Melilla. También aquí, Murcia ha dado una buena sorpresa al reducir en cuatro puntos la brecha de género en la tasa de paro entre 2019 y 2021.