Astro te mira con sus grandes ojos circulares. Pestañea, guiña, los abre y los cierra un poco, y hace ruiditos mientras tanto. Recuerda al entrañable ‘WALL-E‘ de la película de Pixar, pero cuidado, porque las apariencias podrían engañar.
Es al menos lo que revelan unos documentos filtrados en los que se muestra una cara oculta: Astro, dicen, está diseñado para seguir el comportamiento de sus usuarios. Quienes han trabajado en su desarrollo afirman que su sistema de reconocimiento es otra amenaza más para nuestra privacidad.
Cuando uno compra un Astro y se gasta los 999,99 dólares (o 1.449 dólares tras la promoción inicial) y lo enciende por primera vez, se le pide que “registre” su cara y su voz, así como las caras y voces de quienes habitan el hogar en el que funcionará: así Astro puede aprender quién se supone que puede estar allí.
Ese documento, que identifica a Astro por su nombre en clave, ‘Vesta’, revela cómo el modo ‘Centinela’ (‘Sentry’) hace que el robot esté alerta por si no reconoce a alguien que está en casa o detecta ruidos extraños.
Sin embargo, desarrolladores que trabajaron en el desarrollo de Astro indicaban en ese documento que “Astro es terrible y es casi seguro que se tirará por las escaleras si se le presenta la oportunidad. La detección de personas es poco fiable en el mejor de los casos, lo que hace que la propuesta de seguridad en el hogar sea irrisoria”.
Ese no es el único problema para un robot que según esas fuentes “tiene un coste absurdo”. El mástil de la cámara periscópica se ha roto en varios dispositivos, afirmaban, y no hay forma de enviar el robot a Amazon cuando eso sucede. Para esos desarrolladores Astro es incluso “potencialmente peligroso para alguien que dependa de él para funciones de accesibilidad”.
Otra de las fuentes destacaba que Astro “es una pesadilla de privacidad que es una denuncia de nuestra sociedad y de cómo sacrificamos la privacidad por la comodidad con dispositivos como Vesta”.
El reconocimiento facial es según ese documento errático, algo que es preocupante para un dispositivo diseñado para seguir a la gente y determinar si es o no extraña en la casa.
Otro de los elementos que preocupan según esos datos es el de el seguimiento continuo de la actividad de sus propietarios y su comportamiento.
El objetivo es conseguir que Astro se comporte de forma autónoma e inteligente, pero para ello una vez más estos desarrolladores apuntaban a la cantidad de datos que el robot recolecta para aprender a interactuar de forma más eficiente con sus usuarios.
En Amazon aseguran que toda esa recolección de datos se hace con la privacidad como foco. “Las identidades visuales de los miembros de la casa registrados”, explican en su blog, “se almacenan de forma segura en el dispositivo en local, y tanto Astro como Echo Show usan procesamiento local para reconocer a esos clientes registrados”.
Con los mapas que crea Astro al recorrer la casa las cosas son algo distintas: aunque los datos de navegación se procesan localmente, cuando Astro crea el mapa tras la exploración se envía a la nube para almacenarlo y mostrarlo luego en la aplicación móvil de Astro.
No obstante, aseguran en Amazon, los datos de ese mapa están cifrados con claves de 256 bits. La información específica de privacidad de Astro revela cómo y cuándo se transfiere información, y en esencia el comportamiento es el que podíamos tener ya en altavoces de la familia Echo.
En Xataka hemos contactado con Amazon, y según un portavoz de la empresa “Esta descripción del rendimiento, el mástil y los sistemas de seguridad de Astro es simplemente inexacta. Astro ha superado controles rigurosos de tanto de calidad como de seguridad, que incluyen decenas de miles de horas de pruebas con participantes en su beta. Esto incluye pruebas exhaustivas del sistema de seguridad avanzado de Astro, que está diseñado para evitar objetos, detectar escaleras y detener el dispositivo donde y cuando sea necesario”.