La inversión extranjera directa (IED) puede impulsar significativamente las perspectivas económicas de un país receptor, un aspecto que no es baladí después de que la crisis provocada por la pandemia del covid-19 haya hecho temblar a las economías de todo el mundo.
De acuerdo con un estudio de MoneyTransfers.com a partir de datos de la OCDE China fue el mayor beneficiario de la IED entrante en el mundo el pasado 2020, con una cifra colosal de 212.500 millones de dólares que representaron además un aumento del 14% con respecto al año anterior, cuando la inversión fue de 187.200 millones.
Al segundo lugar cayó EEUU, con 177.100 millones que suponen una caída del 37% respecto a los 282.100 millones del año anterior. El primer país europeo de la lista es Luxemburgo, que se benefició de una inyección de 62.000 millones de dólares procedentes de la IED. Además, de todos los países analizados en la investigación, Luxemburgo experimentó el mayor aumento interanual (319%). Por su parte, España ocupó el puesto 18, con 8.900 millones de dólares, un 5% más que en 2019 (8.500 millones).