Pekín y Washington no van a tolerar precios superiores a 75 dólares. Los precios del crudo han tardado menos de 24 horas en recuperarse.
China realizó una intervención sin precedentes en el mercado del petróleo, al liberar por primera vez parte de su reserva estratégica, con el objetivo explícito de bajar los precios. El movimiento de China se une a la petición pública de EEUU a la OPEP para aumentar la producción. Las dos mayores consumidores de petróleo del planeta no están dispuestos a tolerar precios mucho más altos que 70 dólares el barril. Pese a los esfuerzos por mantener el control en los precios, éstos se recuperaron rápidamente.
China comienza de este modo una guerra contra la inflación y la subida de los precios energéticos que golpea a todas las economías del planeta. Precisamente por este motico anunció a través de la Administración Nacional de Alimentos y Reservas Estratégicas, que había recurrido a sus gigantescas reservas de petróleo para “aliviar la presión del aumento de los precios de las materias primas”.
La agencia china explicó que está gestionando una rotación “normalizada” de las reservas estatales para cumplir “con su papel en el equilibrio del mercado”, lo que se presupone que puede seguir liberando barriles. Las reservas nacionales de petróleo se han liberado en el mercado interno “estabilizar mejor la oferta y la demanda”.
La noticia tuvo un claro impacto en el mercado con una fuerte caída de la cotización del Brent y del Texas. Aunque posteriormente, los precios se recuperaron para volver a caer. La cotización subió más de un 1,5%, recuperando prácticamente las caídas. El comunicado de la agencia no ofrece detalles del tamaño de la subasta, pero Bloomberg informa que se realizó en julio y que afectó a millones de barriles.
El anuncio se produce cuando China sufre una crisis energética. El gigante asiático se enfrenta a un creciente precio de la energía. No solo del petróleo, también del carbón y el gas natural, que está provocando un incremento del coste por consumo de la electricidad en hogares y en empresas. Además, en algunas provincias hay apagones por falta de suministro que está afectando al sector industrial.
China es el mayor importador de petróleo del mundo y en la última década ha construido una enorme reserva de crudo. Esta reserva se diferencia de las reservas estratégicas de petróleo que tienen Estados Unidos y Europa, a las que solo se puede recurrir en caso de cortes de suministro o guerras. Sin embargo, China está dispuesta a utilizar su reserva para intentar influir en el mercado y rebajar los precios.
“A primera vista, es una declaración bastante clara de la intención de utilizar la para reducir los precios del petróleo de las refinerías nacionales”, explica a Bloomberg Bob McNally, exasesor de la Casa Blanca y director de la consultora Rapidan Energy Group en Washington.
China está dispuesta a utilizar su reserva para intentar influir en el mercado y rebajar los precios
El comunicado se produce después de que la inflación en las fábricas de China se acelerara a un máximo de 13 años, y justo un mes después de que la Casa Blanca pidiera públicamente a la OPEP que bombee más crudo en medio del aumento de los precios de la gasolina en EEUU.
En conjunto, las medidas de Pekín y Washington sugieren que los dos mayores consumidores de energía del mundo ven entre 70 y 75 dólares barril como una línea roja para el precio del petróleo.
China ha estado vendiendo otras materias primas de sus reservas estratégicas, como cobre, aluminio y cereales. En el pasado, Pekín rara vez confirmaba las ventas, que solían filtrarse al mercado a través de las conversaciones entre operadores. El anuncio oficial busca extremar el impacto en el mercado, pero el mercado está mirando hacia otro lado.
¿Generar confusión o falta de músculo?
Las últimas cifras oficiales sobre las reservas de petróleo de China se remontan a 2017. Pekín informó que el almacenamiento estratégico ascendía a 238 millones de barriles. En julio, la consultora Energy Aspects estimó que el stock podría haber bajado hasta los 220 millones barriles, un volumen que cubre 15 días de consumo del gigante asiático.
Casi veinticuatro horas después del anuncio, en el mercado hay cierta confusión con la intervención de China y la reacción de los precios. Los expertos aluden a la falta de detalles y concreción en el comunicado. Todavía no está claro si el anuncio se refiere a reducciones en meses pasados o en el futuro. Warren Patterson, jefe de estrategia en materias primas de ING, explica que “el comunicado se produce después de noticias anteriores de que el gobierno subastó barriles en julio , aunque no hubo confirmación oficial. Parece que lo de ayer es la confirmación, aunque también parece que podríamos ver más subastas”.
Sobre el papel, la liberación de las reservas estatales debería afectar a la demanda global de petróleo. China no deja de ser el mayor importador del mundo. Y a menor demanda, menores precios, si no hay variación en la producción. La decisión “no es buena para la confianza en el mercado”, comenta el analista aludiendo a que puede generar volatilidad en los precios.
Para los inversores está siendo difícil valorar el impacto que tendrá medida sin concreción en las fechas de liberación, ni el volumen de las mismas. Los analistas de Goldman Sachs calculan que pusieron en el mercado 22 millones de barriles y se produjo en agosto. Las importaciones chinas de crudo de enero a agosto cayeron un 5,7% interanual, aunque los volúmenes de agosto aumentaron un 8% con respecto a julio, según cifras oficiales chinas, que publica Reuters.
Casi la única certeza es que China sacaría su petróleo estratégico en el mercado interno a través de subastas públicos. Los expertos apuntan que este mecanismo limita la salida de barriles a entre 10 a 15 millones de barriles en cada subasta.
“Frenar el precio del petróleo es más difícil de lo que la gente piensa”, dicen los expertos
El gigante asiático ya ha maniobrado en la sombra con la venta de reservas estratégicas de metales preciosos y cereales. Nunca ha habido confirmación, ni si quiera como la de ayer. La información fluye filtrada a operadores que ayudan a distribuirla en el mercado. Fuentes de Reuters niegan que las refinerías del país atraviesen problemas de suministro, que sería un motivo razonable para distribuir reservas estratégicas de crudo.
Royal Dutch Shell ha cancelado el jueves exportaciones de petróleo debido a los daños a las instalaciones costa afuera por el huracán Ida. Según Bloomberg, podría haber afectado al pedido de 2 millones de barriles de petróleo para la petrolera china Unipec. Energy Aspects calcula que el envío entre 10 y 12 millones de barriles se han anulado con fecha de entrega para septiembre y octubre por los problemas de la plataforma Mars en el Golfo de México. Los operadores chinos están desmintiendo este extremo y apuntan a una demostración de fuerza de Pekín sobre el mercado del petróleo. “El objetivo es que los precios alcance los 60 dólares”, cita Reuters a una de sus fuentes.
Los inversores no terminan de asustarse por el movimiento chino, si se tienen en cuenta la reacción del mercado. “Frenar el precio del petróleo es más difícil de lo que la gente piensa”, comentaba ayer Jason Bordoff, asesor de la Casa Blanca en la época de Obama y profesor en la Universidad de Columbia en Twitter. “La relación histórica entre el PIB y el petróleo es notablemente estable, inlcuso los grandes cambios estructurales como la irrupción del esquisto o los vehículos eléctricos no modificaron los precios”, recordó mientras ayer el petróleo llegaba a caer de golpe un 2%. Para frenar a los precios hará falta un ajuste de la demanda palpable y creíble.