China pone en marcha la primera central nuclear de torio

China - Reactor de Torio

Este mes China inaugura un prototipo de reactor nuclear de torio y sales fundidas. En 2030 comercializará la energía de estos reactores, que antes estaban destinados a la investigación científica exclusivamente.

En medio del desierto de Gobi, en el norte de China, se va a empezar a escribir una nueva página en la historia de la energía nuclear (1). La técnica, que se lleva proponiendo teóricamente desde hace décadas, no necesita agua para enfriar el núcleo. Esto permite que su reactor sea mucho más pequeño, barato y fácil de construir que las centrales nucleares convencionales.

No requiere una gran inversión para su puesta en marcha. Con unos de 3 metros de altura y 2,5 de ancho, el nuevo reactor puede proporcionar 100 megavatios de energía, menos que un reactor de uranio, pero suficiente para abastecer de electricidad a una población de 100.000 habitantes.

El torio es ua materia prima con muchas ventajas. Se encuentra en la naturaleza, pero también en los residuos nucleares existentes, por lo que podría resolver el problema de los almacenamientos radiactivos. Antes de poner en marcha la central nuclear, el torio se disuelve y se convierte en uranio 233, que se descompone en menos de 500 años, a diferencia del uranio 235 utilizado en los actuales reactores de agua a presión, que permanece radiactivo durante 10.000 años.

El fenómeno se conoce como “transmutación” y reduce la radiación de los residuos nucleares. Es un “reciclaje infinito” del combustible, en definitiva, una economía circular dentro de la industria nuclear.

Las miles de toneladas de uranio empobrecido que hay almacenadas garantizarían la independencia eléctrica durante cientos, e incluso miles de años. Como es habitual, la revista Nature pretende que el nuevo reactor también permitirá a China cumplir con sus compromisos internacionales contra el cambio climático (2). Sin embargo, un reactor convencional tendría el mismo efecto, por lo que la explicación hay que buscarla por otro lado.

El uso del torio tiene sentido para China porque es un materia prima abundante en el país, no como el uranio, del que apenas tiene reservas. Dos tercios de las reservas mundiales de torio se encuentran en depósitos de arenas minerales en las costas sur y este de India. También hay depósitos importantes en varios otros países: Australia, Brasil, Canadá, Egipto, Estados Unidos, Groelandia, Noruega, Rusia, Sudáfrica y Venezuela.

Hay otra ventaja para China: este tipo de reactor no necesita construirse cerca de cursos de agua, ya que las propias sales fundidas sirven como refrigerante. Los reactores se pueden trasladar a regiones aisladas y áridas, como el desierto de Gobi.

Además, la sal se aplica al propio combustible y se mezcla con él. Al trabajar a temperaturas más bajas, el reactor pueda operar con una presión cercana a la atmosférica en lugar de estar a presiones más altas como es el caso de las centrales de uranio.

Esta nueva técnica podría servir para dotar de energía a los buques de guerra chinos, como los portaaviones y los submarinos. También materia prima para el armamento nuclear. Estos reactores, además de producir energía, producen uranio 233, un isótopo que no existe en la naturaleza y que se usa para fabricar bombas atómicas.

China podría convertirse en un exportador de tecnología nuclear. El gobierno chino está estudiando la venta de estos nuevos reactores a sus socios de la Nueva Ruta de la Seda. Aunque la competencia es dura, China ha tomado la cabeza en un mercado gigantesco. El reactor chino es el primero de sal fundida que entra en funcionamiento en el mundo desde 1969, cuando Estados Unidos abandonó sus instalaciones del Laboratorio Nacional Oak Ridge en Tennessee.

Es todo un signo de los nuevos tiempos.

(1) https://www.gswuwei.gov.cn/art/2021/5/19/art_174_317815.html
(2) https://www.nature.com/articles/d41586-021-02459-w

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