Desplome histórico: El PIB cae un 5,2% hasta marzo, con el IPC en negativo

Crash

Sólo quince días de confinamiento en el primer trimestre (del 14 al 31 de marzo) condenan al PIB a la mayor caída trimestral de la serie histórica, que supera las expectativas de los analistas.

El parón de actividad que ha provocado la pandemia del coronavirus ha hundido la economía española. El Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre se desplomó un 5,2%, la mayor caída trimestral de toda la serie histórica y un descenso aún peor del que pronosticaban los analistas.

Antes de ésta, la mayor contracción que se ha producido en el PIB se produjo en el primer trimestre de 2009, cuando se redujo un 2,6%, según los datos de Contabilidad Nacional divulgados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El equipo de análisis del Banco de España había pronosticado un descenso del 4,7% en el PIB de los primeros tres meses del año.

La causa principal es el desplome del consumo de los hogares (-7,5%), que también ha llevado los precios a terreno negativo (el IPC de abril cae un -0,7%, según se ha publicado este jueves), y el descenso de la inversión empresarial (-3,5%) y la inversión en vivienda (-9,6%). Se han hundido también las exportaciones e importaciones (-8,4%, respectivamente), a pesar de que en los datos del primer trimestre sólo computa una quincena de estado de alarma, desde el 14 de marzo.

Este desplome del consumo y la inversión doméstica se recoge en la aportación negativa de la demanda nacional, que ha restado 5,1 puntos al PIB, mientras que la demanda externa ha restado una décima más.

El gasto de las Administraciones Públicas, por el contrario, sube un 1,8% respecto al trimestre anterior, lo que supone la mayor subida en un trimestre desde el primer trimestre de 2008, cuando el gasto público subió un 1,95% en plena crisis financiera.

Se hunde la construcción

La caída más dramática se produce en el sector de la construcción, que pierde un 8,1% en el primer trimestre frente al anterior; seguido del sector servicios, que se hunde un 5,6%. La industria pierde un 2,7% y el sector primario -agricultura, ganadería, silvicultura y pesca- cae un 1,4%.

La construcción acumuló también los peores datos de empleo, con una caída general del 3,9% en el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

Dentro de la rama de los servicios, el empleo en actividad inmobiliaria se hundió un 13,5% entre enero y marzo.

Recesión a la vista

El impacto del coronavirus sobre el empleo es mayor en las horas trabajadas, que descendieron un 5% respecto al trimestre anterior, que en los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, que cayeron un 1,9%.

Si se comparan las horas trabajadas en el trimestre frente al mismo periodo del año anterior, también se observa una caída del 4,2%. Por ramas, la tasa de variación interanual de la industrial fue del -2,8%, en la construcción fue del -9,8%, en el sector servicios del -3,5% y en el sector primario del -9,9%.

Si a la caída del PIB del primer trimestre se suma un segundo retroceso en el segundo, ya descontado por los expertos, se podrá confirmar que España ha entrado en recesión técnica. 

En comparación interanual (primer trimestre de 2020 frente a primer trimestre de 2019), el PIB cae un 4,1%, mientras que en el trimestre anterior -el último de 2019- el crecimiento interanual fue del 1,8%.

Descalabro en el IPC

El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,3% en abril en relación al mes anterior, pero recortó siete décimas su tasa interanual hasta situarse en el -0,7%, niveles no vistos desde agosto de 2016, por el descenso de los carburantes, mientras que repuntaron con fuerza los precios de los alimentos en medio de la pandemia del COVID-19, cuya tasa anual ha pasado del 2,5% en marzo al 4% en abril, según el indicador adelantado publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Ese descenso es algo paradójico. Lo que más pesa en la caída del IPC en negativo son los carburantes y combustibles, cuyo precio baja, pero que apenas se consumen en la situación actual de confinamiento. En cambio los precios de la cesta de productos del confinamiento (que incluye alimentos, bebidas, tabaco, limpieza del hogar, comida para animales y cuidado personal) se disparan y suben a un ritmo anual del 3,2%.

Pese a que suben los precios de los productos que más se consumen, el IPC baja porque el INE ha decidido mantener la ponderación original pensada para todo el año, con un gran peso de los carburantes y con presencia de productos y servicios que no se han podido consumir. También porque los servicios ligados al confinamiento (como la electricidad, la calefacción, los servicios de telefonía o la televisión de pago) han bajado de precio en su conjunto.

Con el desplome de siete décimas, el IPC interanual encadena tres meses de retrocesos. El organismo estadístico ha atribuido la disminución de la tasa interanual del IPC al abaratamiento de los carburantes y combustibles, frente a la subida de precios que registraron en abril de 2019. El petróleo registró en abril un histórico descenso que llevó al Brent a cotizar en mínimos de 1999 en los 15 dólares el barril y al West Texas, de referencia en Estados Unidos, a entrar en negativo por primera vez en su historia.

Precios no disponibles

El INE destaca la relevancia de los efectos de la pandemia del coronavirus sobre la evolución de los precios. Ha explicado que la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, que se ha ido prorrogando, ha provocado una situación inédita en la producción del IPC del mes de abril, ya que es la primera vez que una parte considerable de los bienes y servicios de consumo no están disponibles para su adquisición, o solo lo están a través de la web.

En las categorías en que no hay precios disponibles (como los restaurantes, bares y cafeterías, alojamiento en campings, hoteles y apartamentos, los vuelos o los paquetes de viaje) sus precios han sido estimados de forma que la tasa anual del IPC general apenas se vea alterada.

A esto hay que añadir que la recogida de los precios se ha tenido que realizar íntegramente por métodos telemáticos.

Debido a la situación de confinamiento de los hogares por el Covid-19, el INE ha elaborado dos agregaciones especiales en las que se recoge el efecto en los precios de los bienes y servicios que la mayoría de los hogares han seguido consumiendo en la situación actual.

Los precios de los productos incluidos en el Grupo especial bienes Covid-19 (que como se ha dicho incluye alimentos, bebidas, tabaco, limpieza del hogar, comida para animales y cuidado personal) aumentan un 1,2% en abril respecto al mes anterior y suben un 3,2% en tasa interanual.

Estadística destaca el comportamiento de los precios de los alimentos, cuya tasa anual pasa del 2,5% en marzo al 4% en abril. De ellos, los alimentos frescos alcanzan una tasa del 6,9%, tres puntos por encima de la del mes anterior, y los alimentos envasados, sitúan su tasa anual en el 2,2%, seis décimas por encima de la de marzo.

Mientras que los servicios Covid-19 (que incluyen alquiler de vivienda y garaje, distribución de agua, alcantarillado, recogida de basuras, gastos comunitarios, electricidad, gas, gasóleo para calefacción, servicios de telefonía, música y televisión en streaming, seguros, comisiones bancarias y servicios funerarios) disminuyen un 1,4% en abril respecto a marzo.

Vozpopuli, Cinco Días