Pedro, Pablo y la devastación económica de España

Pedro Sánchez Pablo Iglesias abrazo

Cabreo generalizado: Sánchez no quiere soltar el estado de alarma para poder gobernar como un caudillo.

El Mundo

Pymes y autónomos ven inviable el plan de desescalada de Sánchez“. “El sector hostelero calcula que más de un 30% de los negocios no podrán abrir sus puertas. La patronal de turismo afirma que sin movilidad entre provincias no habrá hoteles. Espectáculos, salas de música y teatros creen que con el aforo limitado no podrán funcionar”. Vamos, que Sánchez se puede meter su plan de descalabramiento por dónde le quepa. Más cositas ricas. Empresas nacionales exportan test PCR porque no se los compran en España. El gobierno no compra y roba a las empresas privadas que los adquiere para proteger a los trabajadores. “Colapso en las ayudas del gobierno. Los afectados por ERTE o despidos no podrán cobrar ayudas en mayo“. Y la oposición diciendo sí a todo.

Dice el editorial que “en cada sesión parlamentaria crece un poco más la soledad de Pedro Sánchez. Y el principal responsable de su aislamiento es él mismo”. A Sánchez, mientras Redondo le diga todos los días que es el más guapo de lugar y Casado le apruebe lo que le ponga por delante sin rechistar, le basta y le sobra. “Moncloa no parece capacitada para abandonar el regate corto y la emboscada partidista ni bajo el azote de la peor tragedia desde la guerra civil. Ni siquiera bajo la evidencia del abandono de los apoyos que llevaron a Sánchez a Moncloa es capaz este gobierno de compartir información con los presidentes autonómicos, de renunciar a la propaganda”. Pero si no sabe hacer otra cosa.

“Asistimos atónitos al empeño del gobierno en enrocarse y al despliegue de la retórica guerracivilista” de Pablito “para que los ciudadanos olviden por un rato las negligencias encadenadas de una catastrófica gestión. El país se asoma a la devastación económica y el estallido social“.

David Jiménez Torres alucina. “El gobierno no consensúa sus decisiones con la oposición y da por hecho que el Congreso tiene el deber de ratificar los poderes excepcionales del ejecutivo” porque yo lo valgo. “El presidente con menos apoyo parlamentario de las últimas décadas se ufana en una performance de poder absoluto, y el gobierno que más dice atender a la diversidad del país desdeña el diálogo con los representantes de unos diez millones de españoles. Moncloa acabará proclamando a España centinela de Occidente contra el coronavirus ” y que el número de muertos “se debe a la pertinaz sequía”. Y espera que no acabe inaugurando pantanos. El NO-DO ya lo tiene dominado.

Cada vez son más los columnistas nada sospechosos de ser peligrosos antisistema ni ultraderechistas fanáticos los que aconsejan a Casado que le dé una pensada a su apoyo ciego al Gobierno. Javier Redondo cree que con un trilero como Sánchez que “la oposición apruebe prorrogar los sucesivos estados de alarma se antoja temerario, sobre todo porque el presidente siguen sin informar a Casado de los pasos que pretende dar. Los estados de alarma son ya una inagotable sucesión de hechos consumados que no han rendido lo esperado”. “La oposición ha refrendado tres veces y otras tantas ha puesto la otra mejilla“, porque en lugar de agradecérselo, Sánchez y sus terminales mediáticas le abofetean y le insultan una y otra vez. Y no es tu cara Casado, es la de tus votantes.

“El plan para la desescalada, en la cuerda floja”. “La oposición sopesa la posibilidad de votar contra la prórroga del estado de alarma” porque “los ánimos y los apoyos han ido decayendo a medida que el gobierno prometía diálogo y no cumplía”. Jorge Bustos dice que “los últimos atlantes del sanchismo” se quejan de “hay que ver qué duro es Casado. Más quisiera él”. Ya te digo, parece que le provoca a diario para ver si se planta, no se puede tener de opositor a una buena persona que te apoya cuando tus socios te dejan tirado. “El problema de Casado no es precisamente su dureza, sino que no está ofreciendo a la vista del español desesperado una alternativa creíble de gobierno. Que no esté rodeándose ya de lo único que le ha funcionado siempre al PP, perdida la batalla mediática por méritos propios: la formación de sus mejores cuadros”. No, Casado cree que basta con decir que Sánchez miente, algo que ya sabíamos todos antes del coronavirus, y que se ponga una corbata negra, como si eso fuera una solución mágica. Dice Bustos que habló el otro día con Cristóbal Montoro y que le contó la cruda realidad. “Vamos a ir minuciosamente al carajo“. A Casado se le está poniendo cara de Sánchez. No llama a nadie.

El País

“El plan de desescalada genera inquietud en el mundo empresarial”. ¿Inquietud? Más bien pavor. “Los nacionalistas y el PP dejan en el aire su apoyo a una nueva prórroga de la alarma“. Sánchez ha logrado el milagro de poner de acuerdo a PP y nacionalistas, cosas veredes. “La bronca política es ya casi la tónica habitual, pero la novedad es que esta vez puede tener consecuencias” si el PP cumple con su obligación de fiscalizar lo que aprueba. “La ausencia de diálogo ha sido la tónica habitual de la Moncloa en relación con las medidas adoptadas contra el virus“. Lo admite hasta El País.

Casado tiene hoy otro ejemplo de la respuesta de la izquierda a su apoyo incondicional al Gobierno en el editorial. Esta vez por no aprobar el decreto contra el Poder Judicial que, con la excusa del colapso de los juzgados, intentaba de tapadillo anular la independencia judicial y ponerla en manos de la ministra de la información vaginal garantizada. “Resulta inexplicable la confrontación total con el gobierno“, dice. Sí, total, le pide una y otra vez que declare el luto y el presidente ni caso. Una bestia, este Casado. Admite el periódico que el decreto “regula materias que corresponden a normas de rango superior”, pero eso es pecata minuta.

“Este gobierno es el ejecutivo legítimo que hay, con sus errores, sus improvisaciones y su exasperante estrategia de comunicación más propia de la publicidad comercial que de la sobriedad institucional”. “Bien que su única aspiración sea el poder, pero no que lo persiga a cualquier precio“. No, no se confundan, no se refiere a Sánchez, se refiere a Casado.

Antonio Caño, exdirector de El País antes de que pusieran a la podemita Soledad Gallego, y que fue el primero en alertar de que Sánchez era un peligro, un insensato sin escrúpulos, pone los puntos sobre las íes. “Es el gobierno el que tiene que fomentar el diálogo, no la oposición, cuyo papel en una democracia es el del control y la vigilancia, el de analizar las decisiones del ejecutivo y criticarlas o respaldarlas de acuerdo a su criterio y ante la mirada de los votantes que se pronunciarán después. Incluso en circunstancias excepcionales, la oposición no puede eludir su obligación fundamental de ser una alternativa al Gobierno. Para eso existe”. A ver si le entra en la mollera a Gallego.

ABC

Las empresas empiezan a hacer test a sus empleados“. Tendrán suerte si no se los roba el gobierno. Dice el editorial que “han pasado ya casi cincuenta días con España en estado de alarma y cuarenta desde que Pedro Sánchez se comprometió públicamente a realizar test masivos. Pero todo ha sido una mentira compulsiva. Sánchez es el promotor de un engaño masivo diseñado a conciencia”. “Por ello las empresas están intentando proteger a sus trabajadores” y “se han visto abocadas a adquirir los test de detención a escondidas por el miedo al afán intervencionista de este gobierno. Ya se han conocido varios casos en los que el ejecutivo ha requisado material sanitario a empresas privadas que solo cumplían con su deber de velar por la salud de sus trabajadores y de sus familias”. En esRadio y LD damos fe.

Como indicaba antes, cada vez hay más voces que piden al PP un poco de lealtad con los españoles, no solo con el gobierno. Isabel San Sebastián dice que “la jugada es muy zafia: el gobierno dicta su trágala y el PP lo respalda en el Congreso, so pena de sufrir el ataque despiadado de la formidable maquinaria propagandística que trabaja al servicio de Moncloa. Si se opone y vota no, las televisiones y su demás medios adictos, debidamente subvencionados, le culparán de lo que pueda ocurrir”. Que lo hagan, será complicado que esta vez lo consigan. Mientras Casado le aprueba sus decretos, Sánchez “muestra un desprecio creciente a medida que pasa el tiempo”. Pero cómo no le va a despreciar, si le golpea a diario y el otro pone la otra mejilla. “¿Hasta cuándo se va a dejar maltratar Pablo Casado? ¿Le dará Casado otra patente de corso o se plantará ante este burdo chantaje?“. La respuesta, más abajo.

Ignacio Camacho, un hombre bastante prudente, también ve que esto no puede seguir así. “Quizá haya llegado el momento de que la oposición condicione el estado de alarma a una negociación sobre su duración y sus pautas. El tiempo de los cheques en barbecho se ha terminado”. Tampoco es tan difícil, nadie le está pidiendo que diga no es no, sino que ponga condiciones. Sobre todo, que le consulte y le informe.

La Razón

Casado mantendrá el sí a las medidas de excepción por la víctimas. Por favor, Casado, no te parapetes tras las víctimas para ocultar tu cobardía. Como relata Carmen Morodo, Casado “se siente atrapado“. Tiene miedo.

Dice Abel Hernández que “parece que no es razonable que, en las presentes circunstancias, no se tenga al tanto permanentemente, con hilo directo al líder de la oposición y luego se le pida colaboración”. Pero Casado no se atreve a enfrentarse a Sánchez, está muerto de miedo. Luego se queja de que le desprecie. España no se merece una oposición cobardica, y menos en estos momentos.

Libertad Digital