Hacienda, sin piedad: Se cobra de golpe las deudas aplazadas a autónomos y pymes

Montero Hacienda

La Agencia Tributaria se cobró el pasado lunes, de una sola tacada, las liquidaciones de impuestos previas al coronavirus. Pagos que habían sido aplazados en marzo por el Gobierno, de forma unilateral, y que ahora han dejado “temblando” las maltrechas cuentas de miles de autónomos y pymes.

Miles de autónomos y pequeñas y medianas empresas han visto sacudidas esta semana sus maltrechas cuentas, con el estado de alarma aún vigente y con sus volúmenes de facturación muy lejos de la normalidad anterior a la pandemia de coronavirus.

El pasado lunes, 1 de junio, la Agencia Tributaria se cobró, de una sola tacada, todos los pagos correspondientes a los aplazamientos de IRPF e IVA del año 2019, así como sanciones y multas, que los contribuyentes tenían programado pagar durante los meses de marzo, abril y mayo. Pagos que el propio Ministerio de Hacienda decidió paralizar de forma unilateral en marzo sin que ningún autónomo ni empresa lo solicitase.

“La pobre tesorería de muchos autónomos y pymes ha quedado temblando después de esto”, afirma Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). “En su momento las asociaciones de autónomos avisamos al Gobierno de que esta medida de suspender los pagos previstos en marzo, abril y mayo debía ser opcional, y que en todo caso cuando se reanudaran las obligaciones contraídas debía mantenerse su pago fraccionado porque juntar tres meses en uno iba a ser un golpe muy duro para muchos“, añade.

En su decreto 7/2020, el Gobierno estableció el pasado 13 de marzo el aplazamiento hasta el 30 de mayo de todas los aplazamientos de impuestos y las deudas contraídas por autónomos y empresas cuya facturación fuese inferior a 6.010.121,04 euros en 2019.

En medio de una maraña de órdenes del BOE y decretos del Gobierno aprobados durante la pandemia (y que incluyen una treintena de medidas o cambios normativos que han afectado a los autónomos), a muchos les cogió desprevenidos el cobro, el pasado lunes, de lo que habían dejado de pagar, sin pedirlo, durante los meses de marzo, abril y mayo.

Pan para hoy

Una medida especialmente dura para los autónomos de sectores como el comercio o la hostelería que aún están muy lejos de sus volúmenes de facturación anteriores a la pandemia y que han tenido que gastar parte de sus ahorros en pagar el alquiler de locales cerrados y en el pago de facturas. Para ellos, al final, el aplazamiento de las liquidaciones de impuestos que tenían previsto pagar en marzo, abril y mayo ha acabado siendo “pan para hoy y hambre para mañana”.

“Aunque a algunos les haya agarrado desprevenidos, la ley era muy clara y el Gobierno señaló que procedería al cobro el 30 de mayo, pero como fue domingo, se ejecutó el lunes 1 de junio”, indica por su parte Ricardo Perpiñán, secretario general de la Asociación Española Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (ASEFIGET). “Si a algunos les ha pillado por sorpresa es porque sus asesores no han hecho bien su trabajo”, añade.

Por su parte, Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales, coincide: “Nosotros ya avisamos a los afectados que tenían que tener el dinero el 30 de mayo porque la legislación era clara”. “En estos dos meses y medio tenían que haberse preocupado de obtener la liquidez necesaria como fuese posible”.

Medida insuficiente y sin recurso posible

Todos los expertos coinciden en que no hay recurso posible a este hachazo de Hacienda a pymes y autónomos en pleno estado de alarma, salvo para aquellos que vayan a tener que afrontar el pago de intereses o recargos por haberse quedado en números rojos.

“Como mucho se podría recurrir el pago de intereses en el caso de aquellas personas a las que Hacienda va a querer cobrar recargo por no tener suficiente dinero en sus cuentas el día que se llevó a cabo el cobro”, indica Eduardo Abad, quien lamenta que Hacienda no haya ofrecido flexibilizar el pago conjunto de estos aplazamientos para dar la posibilidad de que los autónomos pudieran mantener el calendario de pagos que ya tenían acordado antes de la pandemia.

“Es cierto que ha sido insuficiente el aplazamiento para muchos, y quizás habría sido más conveniente que el cobro se hubiese hecho en septiembre o noviembre cuando los niveles de consumo se hayan recuperado un poco, o que al menos se hubiese mantenido el fraccionamiento del pago para los autónomos y pymes en lugar de cobrárselo todo junto”, añade por su parte Ricardo Perpiñán. “El consumo se encuentra a un 30% de los niveles que registrábamos hace un año”, lamenta el secretario general de ASEFIGET.

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