Las oficinas sufren un volumen de trabajo similar al de la primera oleada de coronavirus.
Las oficinas del SEPE vuelven a colapsar. Los trabajadores de las direcciones generales de empleo no dan abasto a tramitar nuevas solicitudes de ERTEs en varias ciudades clave como Madrid, Barcelona o Palma.
La suspensión de actividades como hostelería o pequeño comercio en muchas comunidades autónomas como medida para frenar al virus han provocado que los empresarios manden a sus trabajadores a esta modalidad de desempleo. La actividad, por tanto, en el SEPE es frenética, y según datos de CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) en las dos últimas semanas la plantilla ha tenido que tramitar cerca de 150.000 nuevos ERTEs, que afectan a más de 720.000 personas.
“El nuevo subsidio para los parados que se quedaron sin ingresos durante el primer estado de alarma está agravando la situación de sobresaturación de la plantilla e incide en el retraso del abono de las prestaciones”, señalan desde CSIF.
Pocos efectivos
Los propios trabajadores del SEPE también alertan de otra situación a la que tienen que hacer frente miles de familias. Los pagos de las prestaciones se demoran por la gran carga de trabajo en las oficinas. Por eso, CSIF plantea una serie de medidas de recursos humanos y materiales “para afrontar de la mejor manera” sus tareas.
El sindicato también incide en la necesidad de reforzar las plantillas que, en los últimos 10 años, como consecuencia de las políticas de recortes, han perdido 3.400 efectivos y se sitúa en cerca de 8.000 trabajadores, una cifra manifiestamente insuficiente para atender a la ciudadanía.
Carga de trabajo
Además, la plantilla del SEPE lamenta que el Gobierno haya “parcheado” el problema con personal temporal y externo, “dificultando las labores de tramitación de prestaciones”.
Cabe recordar además, que algunas de las oficinas más saturadas como las de Madrid o Barcelona han tenido que recibir ayuda de otras con menos carga de trabajo.