Los líderes de la UE exigen que la Comisión «estandarice» un pasaporte de vacunación en todos los países miembros, y que sea necesario para que la gente viaje por la zona.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha escrito una carta a la jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, en la que destaca que «las personas que han sido vacunadas deberían poder viajar libremente».
La carta pide un «certificado estandarizado, que demostrará que una persona ha sido vacunada con éxito».
Si bien se detiene en la promoción de la vacunación obligatoria, la carta insta además a que «es urgente adoptar un entendimiento común sobre cómo debe estructurarse un certificado de vacunación para que sea aceptado en todos los estados miembros».
Mitsotakis se ha comprometido a plantear el tema durante una próxima cumbre de la UE el 21 de enero, declarando que «existe una necesidad urgente de una movilización de alto nivel en toda la UE para hacer avanzar las cosas».
Los pasaportes de vacunas ya habían sido promocionados por la UE , y los funcionarios sugirieron en abril que los solicitantes de visa también deberían vacunarse.
Los países de la UE, incluidos España , Estonia , Islandia y Bélgica, han indicado que están abiertos a algún tipo de pasaporte de vacunas, así como a compartir los datos a través de las fronteras.
Esta semana, también se reveló que Dinamarca es el último país en anunciar que está lanzando un ‘pasaporte Covid’, para permitir que aquellos que han tomado la vacuna se involucren en la sociedad sin ninguna restricción.
Sin embargo, el jefe de protección de datos de la UE, Wojciech Wiewiórowski, calificó recientemente la idea de un pasaporte de inmunidad como «extrema» y ha dicho repetidamente que es alarmante y «repugnante».
El espectro de los llamados ‘pasaportes de inmunidad’ se avecina a nivel mundial.
Habiendo abandonado la UE, Gran Bretaña no formaría parte de ningún esquema europeo estandarizado, sin embargo, ahora ha confirmado que está lanzando pasaportes de vacunas, a pesar de las negativas anteriores de que lo haría.
Recientemente, el gobierno de Ontario, Canadá, admitió que está explorando ‘pasaportes de inmunidad’ junto con restricciones de viaje y acceso a lugares sociales para los no vacunados.
El mes pasado, Israel anunció que los ciudadanos que reciban la vacuna COVID-19 recibirán ‘pasaportes verdes’ que les permitirán asistir a lugares y comer en restaurantes.
Anna Beduschi, académica de la Universidad de Exeter, comentó sobre el posible paso hacia los pasaportes de vacunas por parte de la UE, y señaló que «plantea cuestiones esenciales para la protección de la privacidad de los datos y los derechos humanos».
Beduschi agregó que los pasaportes de las vacunas pueden «crear una nueva distinción entre las personas en función de su estado de salud, que luego se puede utilizar para determinar el grado de libertades y derechos que pueden disfrutar».
Un informe compilado el año pasado por el organismo de investigación de IA, el Instituto Ada Lovelace, dijo que los llamados pasaportes de ‘inmunidad’ «presentan riesgos extremadamente altos en términos de cohesión social, discriminación, exclusión y vulnerabilidad».
Sam Grant, director de campaña del grupo de defensa de las libertades civiles Liberty, advirtió que «cualquier forma de pasaporte de inmunidad corre el riesgo de crear un sistema de dos niveles en el que algunos de nosotros tenemos acceso a las libertades y apoyo mientras que otros quedan excluidos».
“Estos sistemas podrían resultar en que las personas que no tienen inmunidad sean potencialmente bloqueadas de los servicios públicos esenciales, el trabajo o la vivienda, y los más marginados entre nosotros son los más afectados”, advirtió Grant.
“Esto también tiene implicaciones más amplias porque cualquier forma de pasaporte de inmunidad podría allanar el camino para un sistema de identificación completo, una idea que ha sido rechazada repetidamente por ser incompatible con la construcción de una sociedad que respete los derechos”, instó Grant.
