El Colegio de Farmacéuticos de Madrid achaca que las gripes y catarros han caído por el uso de mascarilla, pero no sabe de dónde salen tantos positivos por COVID. No es broma.
Rosalía Gonzalo, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, advierte de un «fenómeno» hasta ahora nunca visto, y que lo describe como uno de los aspectos positivos, según la farmacéutica, que se pueden extraer de la mala experiencia con el coronavirus que la sociedad está viviendo, y es que la venta de fórmulas anticatarrales y antigripales ha descendido vertiginosamente en el sector farmacéutico.
La gripe baja, el COVID sube, ¿razón?: la mascarilla
«La mascarilla ha frenado muchísimo otros contagios. De hecho, es que no hay gripe. Todo lo que tiene que ver con infecciones respiratorias ha bajado escandalosamente. También ha desaparecido el catarro común y, con ello, ha caído la venta de todos los medicamentos antigripales y anticatarrales, fórmulas que alivian la congestión nasal o el dolor de garganta y la afonía. En definitiva, todos los productos que tienen que ver con mocos o faringe, como pueden ser jarabe para la tos o mucolíticos, no se venden nada, han desaparecido del stock«, indica la vocal del COFM.
Felipe Martín, farmacéutico y propietario de la farmacia Galileo 61 en Madrid, llega a afirmar en la entrevista que «ya no hay catarros». Esta afirmación es verídica, hasta el punto de considerar que este tipo de patologías «se están erradicando», afirma el artículo firmado por Elena Barberana.
Los antigripales ya no venden, ahora todo es mascarilla
«Los medicamentos relacionados con la gastroenteritis, por ejemplo, los probióticos, también están desapareciendo de las estanterías. Una de las patologías que se ha erradicado en los niños son las lombrices en el estómago. Como apenas salen a la calle a jugar, no se relacionan con otros niños y, además, se lavan mucho más las manos. Esto influye también a la hora de transmitirse piojos, por esta razón, tampoco se vende ya apenas el champú contra los piojos. El distanciamiento social ha evitado que los piojos puedan caminar de cabeza a cabeza«, indica Rosalía Gonzalo.
Para la farmacéutica, la mascarilla ha venido para quedarse. «Es un gran descubrimiento. Los médicos van a prescribirla más allá del uso del coronavirus. Para una bronquitis, gripe estacional, o resfriado común, el doctor le dirá que se tome paracetamol o cualquier fórmula antigripal y además le recetará una mascarilla«.
El último informe de IQVIA sobre la Evolución del Mercado de la farmacia Española, detecta el aumento en las ventas de mascarillas, guantes e hidrogeles, y refleja que han disminuido considerablemente los medicamentos antigripales. Pero la entrevistadora no alcanza a preguntar si la caída de las gripes, y el incremento de casos de COVID no están relacionados.
Se multiplican en Madrid los antidepresivos
Uno de los datos que refleja este informe es especialmente llamativo: la tendencia al alza del consumo de medicamentos relacionados con la psique.
«Ya no hay temor al virus. Se ha disparado el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Hay mucha incertidumbre y lo notamos. Ya no hay temor al virus, la gente tiene miedo a la economía. Es una situación que está generando mucha ansiedad y depresión. No saben cómo van a salir adelante, ni cómo vendrá el futuro. El aislamiento social, el paro, la convivencia nueva en reagrupaciones familiares está generando una gran tensión. Además, está habiendo mucha violencia en niños y adolescentes. Esto lleva inevitablemente a que haya problemas de nerviosismo, estrés e insomnio. Se venden muchísimos ansiolíticos con prescripción médica y, también, medicamentos naturales para relajarse, como son la valeriana, pasiflora, melisa, melatonina».
Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, los medicamentos de tipo ansiolítico o antidepresivo, registraron un incremento de entre un 10 y 15%. En su farmacia, Felipe Martín, también ha notado este cambio en el consumo. «Con los antidepresivos y ansiolíticos ha habido cierto aumento, pero sin duda los relajantes naturales para dormir se vende muchísimo. Por una lado, la gente está muy nerviosa por la situación laboral que está viviendo y, por otro, los clientes temen haber contraído el coronavirus o haberlo contagiado a un familiar. Por tanto, se ha incrementado mucho la venta de este tipo de medicamentos naturales que sirven para relajarse, incluso hemos tenido falta de stock durante el confinamiento.»