Locura en los mercados: Una pequeña tienda de comestibles vale más de $100M en bolsa

Hometown Deli

Hometown International solo tiene una pequeña tienda en Nueva Jersey. En 2020 solo facturó 14.000 dólares, pero sus acciones subieron un 200%. Su CEO, director y tesorero enseña lucha libre en un instituto cercano.

Una prueba de la locura que anida a veces en los mercados la ha dado la empresa estadounidense Hometown International. Con una capitalización de mercado de más de 100 millones de dólares, sus acciones subieron un 200% el año pasado. ¿Dónde está lo extraordinario? El único negocio conocido de la firma es una pequeña tienda de comestibles en Paulsboro (Nueva Jersey) que en 2020 facturó menos de 14.000 dólares y cuyas pérdidas en el mismo ejercicio ascendieron a más de 624.000 dólares.

El caso lo ha hecho público el conocido gestor de fondos de cobertura David Einhorn en su última carta a los inversores de Greenlight Capital para poner de manifiesto la exuberancia irracional que habita en unos mercados inundados de liquidez.

En un extracto de la misiva se aprecia cómo Einhorn denuncia con cierta sorna cómo una compañía cuyo única actividad es una pequeña tienda de delicatessen en una zona rural de Nueva Jersey pueda alcanzar una capitalización de mercado de 113 millones de dólares, con datos del pasado febrero.

Einhorn también revela que el establecimiento, tan diminuto como se aprecia en las fotografías, facturó en ventas 21.772 dólares en 2019 y 13.976 en 2020, año en el que además la tienda permaneció cerrada entre marzo y septiembre por la pandemia. Eso no fue óbice para que las acciones de Hometown subieran en ese período más de 9 dólares desde los 3,25 en los que estaba cada título. El precio actual ronda los 13,50 dólares.

Este buen rendimiento contrasta con la exigua negociación diaria de títulos que registra la compañía, llevada a cabo en el mercado extrabursátil conocido como over the counter o sobre el mostrador. Con datos de Bloomberg en la mano, en lo que va de 2021 solo se han negociado 25.486 acciones por valor de 352.363 dólares. CNBC precisa que hay 7,79 millones de acciones circulación.

Sin dejar atrás la ironía, el fundador de Greenlight Capital descubre que el mayor accionista de la firma, que además es el CEO, el responsable financiero, el tesorero y el director de la misma, es entrenador de lucha libre en un instituto cercano a la tienda de comestibles. Se trata de Paul Morina, trabaja en la escuela secundaria de Paulsboro que cita Einhorn y su participación de casi el 20% de la empresa superaría sobre el papel los 20 millones de dólares. No se le conoce a Morina una experiencia previa en estas lides empresariales.

“El pastrami debe de ser increíble”, enfatiza Einhorn con sarcasmo para explicarse el éxito del reducido establecimiento antes de lanzar una advertencia a los inversores minoristas: “Los pequeños inversores que se ven envueltos en estas situaciones son susceptibles de salir perjudicados, pero los reguladores -que son los que deben protegerles- no parecen estar presentes ni tener curiosidad”. “Desde una perspectiva tradicional, el mercado está fracturado y posiblemente en proceso de romperse por completo”, sentencia.

Poco más se sabe de Hometown más allá de las revelaciones de Einhorn y de pequeños retazos como esta sucinta presentación en el último informe anual de la compañía: “Tu Hometown Deli es un concepto de tienda de delicatessen que se centra en ofrecer productos alimenticios de alta calidad que no están disponibles en los supermercados locales o en los restaurantes de comida para llevar”.

Otros datos como mínimo llamativos es que el presidente de la compañía es un tal Peter Coker Jr. que presenta un vasto currículum como gestor de activos en diferentes firmas, pero que no tiene una sola acción de Hometown (su padre en cambio sí parece tener unas cuantas). Asimismo, la vicepresidenta y secretaria es Christine Lindenmuth, una profesora de matemáticas de 46 años de la escuela secundaria de Paulsboro, según los datos de la SEC. Por si todo esto no fuera ya ciertamente perturbador, ha trascendido también que el 77% de las acciones pertenecen a inversores de Hong Kong y Macao. ¿Están locos los mercados?

El Economista