Durante la pandemia en Canadá murieron más personas por lo que empiezan a llamar “efectos secundarios no deseados” que por el coronavirus, especialmente entre los jóvenes.
Los datos más recientes de Statistics Canada, publicados el lunes (*) muestran que hubo 5.535 muertes entre personas menores de 65 años de enero de 2020 a abril de este año. En este mismo grupo de edad se produjeron 1.380 muertes relacionadas oficialmente con el coronavirus, es decir, cuatro veces menos.
El informe oficial indica que “el exceso de mortalidad está relacionado en gran medida con otros factores, como el aumento del número de muertes atribuidas a causas asociadas con el uso y el abuso de sustancias, incluidas las intoxicaciones no intencionadas (accidentales) y las enfermedades y afecciones relacionadas con el alcohol”.
Al menos de momento, el organismo no ofrece datos suficientes para calcular el aumento de las intoxicaciones no intencionadas o accidentales, que pueden provenir de sobredosis accidentales de narcóticos, opioides y alucinógenos o incluso de medicamentos de venta libre, así como de intoxicaciones por alcohol y disolventes y pesticidas.
Lo que sí reconoce es que la interrupción de la “disponibilidad y el acceso a los programas de reducción del consumo, los servicios supervisados de consumo de sustancias y los servicios presenciales de apoyo al abuso de sustancias” puede haber influido. En consecuecia, aunque no se trate de suicidios deliberados, las intoxicaciones no se pudieron tratar por la imposibilidad de acceder a los servicios socio-sanitarios correspondientes debido al confinamiento.
En el caso de los menores de 44 años, el número de sobredosis con resultado de muerte aumentó de 1605 en 2019 a 2125 en 2020.
El número de muertes relacionadas con el alcohol aumentó en el grupo de edad de 45 a 64 años (1.790 en 2020 frente a 1.525 en 2019) y en el grupo de edad de 0 a 44 años (480 en 2020; 325 en 2019), aunque StatCan añade que algunas de las muertes podrían ser atribuibles a otras enfermedades y afecciones, pero se atribuyeron principalmente a enfermedades hepáticas y a trastornos mentales o del comportamiento.
(*) Provisional death counts and excess mortality, January 2020 to April 2021