España se especializa en fecundar mujeres

Inseminación artificial

Cerca de 3.500 mujeres cruzan cada año la frontera para poder ser madres en España animadas por las ventajas legales y tecnológicas.

Cada año miles de mujeres francesas cruzan la frontera hasta España para hacer realidad sus sueños de maternidad. “Turismo reproductivo”, dicen unos, en sentido peyorativo; la posibilidad, simplemente, de alcanzar la felicidad, para otros. Este fenómeno a caballo de los Pirineos viene impulsado por razones legales y tecnológicas.

El informe más reciente delMinisterio de Sanidady de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) indica que 3.500 francesas recurrieron a las clínicas españolas en 2018 para someterse a tratamientos de reproducción asistida. Los datos de laClínica IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad), centro de referencia en el ámbito de la fertilidad en España, revelan que las mujeres de Francia representan aproximadamente un 20% de sus pacientes.

Según las cifras de laSEF, las clínicas españolas especializadas en fertilidad han pasado de 190 hace 16 años a 307 en 2016. Un negocio que goza de prosperidad gracias a que cada vez atrae a más mujeres francesas, movidas por la rapidez de los tratamientos, una tasa de éxito muy alta, el uso de las técnicas más avanzadas y un personal médico que habla francés para responder a esta fuerte demanda.

Todo esto es posible gracias al marco legislativo español, uno de los más permisivos de Europa, recogido en laLey de Reproducción Humana Asistida, aprobada en 2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida.

El gran negocio de fecundar lesbianas y guardar óvulos de muertos

Los tratamientos a mujeres solas, la donación anónima de esperma y óvulos, la fecundación post mortem, el diagnóstico preimplantacional o la adopción de embriones son legales en España y no en otros países europeos como Francia.

Las diferencias con el país vecino aún son notables a pesar de la aprobación, el pasado 29 de junio, de un proyecto de ley para abrir la reproducción asistida a las mujeres solterasy a las parejas lesbianas.

El eslogan PMA pour toutes! (reproducción asistida para todas) entrará en vigor en los próximos meses tras un año y medio de manifestaciones y debates frenéticos en la Asamblea Nacional. Es una pequeña revolución para toda una rama de la población que podrá ahora beneficiarse de los tratamientos adecuados en el suelo francés y de una cobertura social.

¿Podría este cambio legislativo acabar con el flujo de mujeres francesas a las clínicas españolas? Virginie Rio, presidenta del colectivo BAMP, que defiende los intereses de las personas con problemas de fertilidad, critica el proyecto por ser una “ley de visualización política” y considera que aún se queda corto “si lo comparamos con los países europeos vecinos, sobre todo España”.

Pocos centros en Francia

En su opinión, uno de los puntos más preocupantes es que en Francia, con 67 millones de habitantes, los tratamientos sólo se podrán ofrecer en29 centros(CECO), todos ellos integrados en la sanidad pública. La ventana abierta por la nueva ley propiciará más solicitudes y un incremento en las listas de espera.

“A veces puedes aguardar hasta seis meses para tener una cita en un centro”, afirma Virginie. A modo de comparación, en España, las clínicas tienen un período de espera de entre tres y nueve meses entre la solicitud y la transferencia de embriones.

“Yo no quería que Francia me diera luz verde para ser madre”, asegura Emilie, que a sus 37 años ha iniciado en solitario un tratamiento de reproducción asistida en la clínica Euginen Barcelona. Se acerca a los 40 años y quiere aprovechar su estabilidad financiera y su deseo de ser madre sin esperar a la ley francesa. “Cuando se aprobó, no tuve dudas. Para ser honesta, nunca se me ocurrió hacer este tipo de proceso en Francia”, explica Emilie.

Otro reclamo de las clínicas españolas son técnicas como el método ROPA, prohibido en Francia. Esta técnica permite el uso de los ovocitos de la segunda madre que no lleva el niño. Marion, de 35 años, vive en Lyon. Está embarazada y va a dar a luz a dos gemelas en los próximos meses. Ella y su esposa eligieron España por la proximidad geográfica y por su alta tasa de éxito, pero también por la visión progresista que tiene la ley en varias técnicas.

El método ropa

“El método ROPA está percibido como una gestación subrogada, aunque en España podemos usar los ovocitos de las dos madres, y también estar embarazadas juntas si queremos. Eso permite optimizar nuestras oportunidades de concebir”, confía Marion. España parece el país que corresponde a las expectativas de la pareja: “Nuestros bebés son made in Spain” y no nos arrepentimos de esta elección en ningún momento”, asegura Marion.

Son muchas las mujeres francesas solas, en pareja heterosexual o lesbianas que viajan a España para fundar una familia sin esperar a la nueva ley en Francia. El reloj biológico es determinante a la hora de elegir. Léna, de 49 años, madre de un niño y dos gemelas, cuenta su experiencia y aporta una respuesta posible a este dilema.

Con su esposa hizo el proceso en España cuando tenía 38 años. Léna lo tiene claro: “Mi recomendación a posteriori sería pensar en términos de la edad. Si nos acercamos a la cuarentena, es mejor mirar a España para evitar retrasos demasiado largos. Si eres una mujer de 25 años, puedes permitirte el lujo de esperar a que las cosas encajen en Francia y tener la reproducción asistida cerca de casa”.

Además, la vitrificación de los óvulos que se abre sin razón médica en Francia tiene una edad límite de 42 años, frente a España que tiene una ley más permisiva. “Si quiero hacer otra FIV tendría que hacerla en España en vista de mi edad”, confía Léna.

El anonimato de los donantes

La parte logística -viaje, transporte, alojamiento- genera un estrés suplementario. Las tres mujeres confiesan un sentimiento de injusticia durante momentos claves como la entrada en el quirófano. Con la nueva ley, las francesas se sienten divididas al emprender la maternidad en suelo francés porque es más cómodo o en España por sus ventajas tácticas.

Un aspecto que puede inclinar la balanza de uno u otro lado es el anonimato de los donantes. En virtud de la nueva ley, en Francia, los niños concebidos gracias a la donación de óvulos o semen podrán conocer la identidad de sus progenitores cuando cumplan 18 años. En España no se prevén cambios sobre la ley de 2006 a pesar de que el pasado año elComité de Bioética recomendó tumbar el anonimato en favor del derecho de los niños a conocer su origen.

Este requisito desanimaría a mujeres como Emilie, para quien España ofrece el marco que desea para ser madre en solitario. Otro efecto de acabar con el anonimato sería la drástica caída de las donaciones ya observada en otros países, según señala el director del grupo médico de IVI, el doctor Antonio Requena. “Este cambio de ley para dar un acceso a la identidad podría entrenar una penuria en los bancos de donaciones”.

Restricciones francesas

Lejos de frenar el interés por las clínicas españolas, la ley francesa sigue poniendo en duda las nuevas solicitudes de reproducción asistida y motiva a los más acomodados a viajar a España. A la vista de las restricciones que rodean esta ampliación de ley, el proceso parece casi una carrera de obstáculos para las últimas llegadas a las listas de espera del país galo.

La legislación española presenta por su parte ventajas y su reconocimiento está bien establecido. Según Antonio Requena, España tiene una relación privilegiada con las mujeres francesas, y puede seguir aportando a sus expectativas. “Estamos en una fase de cambio y veremos sus efectos en los años que siguen, pero Francia necesita tiempo para organizarse”.

El Mundo