Sólo 0,8 de cada 10 becarios logra seguir en la empresa: “Lo dejé por salud mental”

Becario

Los contratos formativos y de prácticas registran tasas reducidas de conversión a indefinidos en la última década.

Teresa, nombre ficticio, estudió la carrera de publicidad y un posgrado y encadenó diversos periodos de prácticas en tres empresas distintas hasta poder llegar a un contrato junior en una cuarta empresa. Ha pasado por prácticas laborales, prácticas no laborales y por un contrato de formación falso que le permitió hacer más prácticas. Ahora tiene 30 años, estudia otra carrera y prepara oposiciones a profesora de literatura: «Peté emocionalmente. Me ponía a pensarlo y no me compensaba ni la parte económica, todo el día llorando así que dije: lo dejo, por salud mental».

El caso de Teresa es extremo. Los contratos para la formación y el aprendizaje y los contratos en prácticas tienen la finalidad de formar en cualificaciones profesionales a quien carece de ellas o en experiencia laboral a los ya titulados. Pero, sobre todo, fueron creados para resolver el problema de las altas tasas de desempleo juvenil que tiene España, de las mayores de la Unión Europea, facilitando la inserción laboral bajo una fórmula de contratos bonificados y temporales.

Pero, ¿son este tipo de contratos realmente efectivos para la inserción de los jóvenes al mercado laboral de forma estable? En lo que llevamos de 2021 solo 0,8 de cada diez becarios con contratos en formación se quedaron en la empresa con un contrato indefinido. Cifra que no mejora, de media, en la última década: entre 2011 y junio de 2021 sólo 0,7 de cada diez contratos de formación y 2,5 de cada diez contratos de prácticas se convirtieron en indefinidos, según el análisis que se deriva de las estadísticas de contrataciones del SEPE.

«Puede que este tipo de contratos no se estén utilizando realmente para el objetivo declarado que tienen como inversión en capital humano. Es bastante probable que históricamente se hayan utilizado como instrumentos para la reducción de costes laborales por las bonificaciones que llevan aparejadas», opina Carlos Victoria, economista investigador del Centro de Políticas Económicas EsadeEcPol.

En la misma línea se manifiesta Eduardo Magaldi, portavoz de Revolución Ugetista, que habla de «fracaso» de estos contratos según han funcionado hasta el momento: «No vinieron acompañados de un cambio de cultura ni de mentalidad empresarial y se han utilizado como una modalidad para propiciar más la temporalidad», afirma.

Los datos de contratos de formación y de prácticas realizados a lo largo de los diez últimos años reflejan los efectos de las variaciones en ciertas bonificaciones y reducciones y el cambio de normativas, aunque los efectos son menos apreciables en la conversión a indefinidos.

La Covid-19 ha tenido efectos notables en el volumen de contratación en prácticas y en formación. La pandemia ha rebajado casi a la mitad las contrataciones respecto a los niveles de 2018 y 2019, aunque las tasas de conversión a indefinidos aumentaron en 2020. Según Carlos Victoria esto se debe a que el empleo destruido en la pandemia ha sido mayoritariamente temporal: «Tenemos un sistema con una precariedad y una rotación alta vehiculada por contratos no indefinidos. Cuando hay recesión los contratos no indefinidos se extinguen y la contratación nueva que se haría mediante contratos temporales no se realiza», explica.

Existen distintas opiniones sobre qué hacer con este tipo de contratos o cómo conseguir que se ajusten más a los fines para los que fueron creados. Desde el Consejo Económico y Social (órgano consultivo del Gobierno), reconocen que el contrato para la formación tiene un papel «marginal» muy lejos de ser el instrumento determinante para propiciar la inserción temprana de la población joven.

España - Evolución contrataciones - 2020-21 - 1

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) concluye que el aumento de los incentivos empresariales genera un aumento medio de la tasa de conversión en indefinidos. Y desde la Fundación Iseak señalan que los contratos en prácticas no favorecen la estabilidad laboral en la empresa en la que se realizan, aunque sí la obtención de un contrato indefinido en otras empresas; y que se estarían cubriendo puestos de trabajo estructurales con contratos en prácticas. «Se debe repensar a quien debiera ofrecerse un contrato formativo, para qué y cuáles debieran ser los derechos y obligaciones de ambas partes. Hace falta una reflexión sobre si debiera existir o no, y si debiera existir para qué», explica Sara de la Rica, investigadora de Iseak.

España - Evolución contrataciones - 2020-21 - 2

En un estudio reciente, este organismo concluye que los contratos en prácticas no favorecen la estabilidad laboral en la empresa en la que se realizan, aunque sí la obtención de un contrato indefinido en otras empresas; y que se estarían cubriendo puestos de trabajo estructurales con contratos en prácticas.

Este fue el caso de Teresa, que también solía realizar horas extra para sacar adelante cada campaña publicitaria. “Nunca he realizado funciones de prácticas, siempre que he trabajado he asumido ya una carga de trabajo como si fuese junior. Pero luego los contratos decían otra cosa”, afirma

El Mundo