España podría recibir hasta €180.000M de nueva deuda para beneficiar a pensionistas y funcionarios

UE ayudas COVID

Opta a 77.000 millones en transferencias, 63.000 en créditos y 15.000 del Sure.

La Comisión Europea apostó ayer por poner en marcha una suerte de Plan Marshall sin precedentes, dotado de 750.000 millones de euros, para tratar de asistir a la maltrecha economía comunitaria ante los efectos de la pandemia del coronavirus Covid-19. A falta de concretarse detalles y contrapartidas del plan, el Gobierno español valoró “positivamente” el diseño de un mecanismo compuesto principalmente por transferencias de ayudas directas y, en menor medida, por créditos a devolver, que podrían aportar hasta 140.000 millones al país. Si a este fondo se le suman los 540.000 millones ya movilizados en un primer momento por la UE, de los que España podría llegar a obtener otros 40.000 millones, la respuesta comunitaria podría reforzar la potencia de fuego española en 180.000 millones, el 14% de todas las ayudas.

En el caso del fondo, la mayoría de los 750.000 millones (500.000 millones) se distribuirá a los socios en forma de subvenciones directas, y los 250.000 restantes tendrían forma de préstamos a devolver. De obtener el visto bueno por parte de los socios, a España le correspondería el 15% del primer monto, 77.000 millones que no tendría que restituir, y otros 63.000 millones en préstamos (25% del total). Entre ambas patas del fondo, el país amarraría 140.000 millones para actuar a medio y largo plazo, el equivalente al 11% de su PIB y el 18% del fondo europeo.

A esta cuantía habría que sumarles las cantidades potenciales del primer paquete de ayudas aprobado el 9 de abril como respuesta inmediata a corto plazo, que suponen una movilización conjunta de 540.000 millones para toda la UE. Este paquete, a diferencia del propuesto ayer por el Ejecutivo comunitario, ya está cerrado y validado por los socios, por lo que su letra pequeña es más extensa.

El mayor peso lo acarrea el MEDE, el fondo de rescate europeo, con una potencia de 240.000 millones. Cada estado miembro puede solicitar el equivalente al 2% de su PIB, una cifra que en el caso español ronda los 24.900 millones de euros. Al MEDE se le añadirían las partidas de Sure, el fondo para costear los ERTE y mecanismos similares de otros países. Sure movilizará 100.000 millones que se repartirán entre los socios en función de sus necesidades, con la condición de que los tres países que más cantidad aglutinen no sumen, en conjunto, más de 60.000 euros. Según las estimaciones del Gobierno, España puede aspirar a sumar de este paquete otros 15.000 millones. En total, entre unas y otras ayudas, se asciende a los 180.000 millones.

Tras el MEDE y Sure, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) supone la tercera pata de las ayudas del primer paquete. El BEI, con una movilización de hasta 200.000 millones tras un aval de los socios que asciende a 25.000 millones, repartirá sus fondos entre el tejido empresarial comunitario, con el foco puesto en las pymes. A día de hoy se desconoce cuál será el reparto de estas cuantías, pero fuentes de la entidad estiman que España, por el peso que suponen las pequeñas y medianas empresas en su economía podría beneficiarse de este fondo más que ningún socio.

Estos 180.000 millones suponen el potencial al que puede recurrir España. No obstante, todo hace indicar que la cifra final de ayudas a las que recurra el país sea menor. A falta de lo que suceda con el fondo de reconstrucción propuesto por la Comisión y, sobre todo, con la condicionalidad de sus préstamos, el Gobierno ya ha confirmado en varias ocasiones que, al menos por ahora, no se plantea recurrir a los casi 25.000 millones del MEDE. El estigma asociado al fondo, vinculado a los rescates y los años de austeridad, hace que muchos socios sean reacios a su uso, incluso a sabiendas de que su puesta en marcha supondría un importante ahorro para los socios. El MEDE calcula, por ejemplo, que España podría ahorrarse hasta 2.000 millones en intereses.

De momento, lo que parece claro es que, de prosperar, el Gobierno aprovechará “el máximo de transferencias posibles” del nuevo fondo, según avanzó el martes la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. Un mecanismo que la vicepresidenta de Asuntos Económicas, Nadia Calviño, celebró ayer porque permitirá “invertir en la recuperación de España” a fin de “volver cuanto antes a la senda del crecimiento”, con una financiación que “por primera vez se plantea” que salga de “la emisión de deuda comunitaria”.

A falta de ver cuánto dinero solicita España a la UE, conviene poner las cifras en contexto. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que los 15.000 millones de los fondos para programas de empleo del Sure apenas cubren dos meses del sobrecoste de desempleo y prestaciones de ERTE que está suponiendo la crisis. Sin embargo, el esfuerzo no es nada despreciable. Solo el reparto del nuevo fondo permitiría a España sufragar los 138.900 millones que ha movilizado desde marzo su plan de choque entre gasto sanitario, social o de apoyo empresarial.

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