Alemania podría quedarse Telefónica a cambio de permitir el endeudamiento masivo de España

Sánchez Merkel IV Reich

Deutsche Telekom está analizando las opciones para adquirir la operadora española Telefónica, según aseguran fuentes conocedoras de la situación a este diario. La crisis española y la crisis bursátil empiezan a agitar el apetito extranjero por las empresas españolas. Y en especial por las más atractivas. La operadora alemana ha empezado a analizar las posibilidades de hacerse con el control de una de las mayores empresas del Ibex: Telefónica.

Se trata de un análisis de oportunidades para hacerse con el gigante español de las telecomunicaciones. Simplemente de un primer análisis de la conveniencia y posible oportunidad de hacer una gran y sonora entrada en el mercado español por parte de la operadora alemana. Pero supone el primer paso en la línea de un buen número de operaciones que pueden llegar en los próximos meses, a la vista de que el mercado español se ha abaratado fruto de la grave recesión que atraviesa la economía nacional en pleno coronavirus. Un momento que ha sido interpretado como una oportunidad para algunos de los grandes competidores de los gigantes españoles.

Telefónica es una de las mayores cotizadas españolas -aunque últimamente pelea por mantenerse en el ‘top ten’ del selectivo español- y una de las empresas tecnológicas bandera de España. Pero a nadie se le escapa que cotizaba a 4,14 euros la acción el 30 de marzo y en estos momentos lo hace a 2,94 euros, al cierre del miércoles -Deutsche, en cambio, va recuperando lo perdido por la pandemia y ha cerrado este martes a 14,28 euros por acción- . Y eso supone que compañías como Deutsche Telekom pueden encontrar una oportunidad en el actual momento de lanzarse a por el gigante español. La alemana capitaliza en Bolsa casi 68.000 millones de euros, mientras que la española superaba por poco los 15.000 millones. Una cantidad que hace que el problema de la operación pudiera ser más político que de capacidad financiera de la alemana.

Hace ahora siete años, las dos compañías de telecomunicaciones cotizaban prácticamente a la par en sus respectivos mercados bursátiles. Es más, a cierre de 30 de septiembre, cada título de Telefónica cotizaba a 11,2 euros, mientras que los del gigante alemán lo hacían a un precio inferior: 10,7 euros por acción.

Protección del Gobierno

Es cierto que el Gobierno parece haber tomado nota de la advertencia de los grandes directivos españoles para evitar que el fuerte golpe recibido por el coronavirus y la pésima gestión del Ejecutivo socialcomunista suponga la apertura de una barra libre en la que los gigantes competidores puedan hacerse con el control de las grandes compañías españolas. Pero también es verdad que las iniciativas lanzadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deberán tener cuidado en caso de querer parar los pies a empresas comunitarias y, en especial, a las alemanas.

Y es que la debilidad de la economía española, arrodillada ante el inicio de los rescates de la UE, la deja en una posición un tanto desmejorada frente a los deseos de empresas procedentes del país con mayor influencia en la aceptación o no de los planes de ayuda a España.

El Gobierno ya ha anunciado su plan de blindar a las empresas españolas para impedir que los grandes fondos o las compañías ajenas a la UE se hagan con su control ante la caída de su cotización por el coronavirus. Así lo anunció en marzo el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al término del Consejo de Ministros, en la presentación de las medidas de supuesto estímulo económico para combatir el impacto del coronavirus. Pero, efectivamente, ese intento se limitará a las compras diseñadas por empresas no europeas. Porque aplicar esos frenos frente a compañías como Deutsche Telekom resultaría un tanto osado, en términos de derecho, y en términos políticos de desafiar al país con mayor aportación dineraria a los planes de rescate que quiere recibir España.

Desde el Gobierno, de hecho, no ocultaban su temor a que el deterioro económico pusiese a tiro de OPA a algunas de las principales empresas estratégicas del país, como Telefónica, Banco Santander o BBVA, entre otras. Al tratarse de un gigante como la operadora que preside José María Álvarez-Pallete, lo normal sería una operación al menos conocida por parte de la cúpula de la compañía y del presidente del Gobierno.

Para Álvarez-Pallete sería un golpe después de poner en marcha una nueva estrategia en la que ha renunciado a Hispanoamérica para centrarse únicamente en Brasil, España, Reino Unido y, precisamente, Alemania. El presidente está construyendo una compañía más pequeña, presente en menos países, pero apostando por cuatro mercados y tratar de ser líder en los mismos. Lo es en España, lo puede ser en Reino Unido si fructifica su fusión con Liberty, y pelea por serlo en Brasil y Alemania.

Pero el castigo en Bolsa es determinante, al convertir a Telefónica en una compañía ‘opable’. Apenas supera los 15.000 millones de euros de valor bursátil, lo que permite pensar en la operación aunque la elevada deuda, más de 37.000 millones de euros, encarecería la operación.

OKDIARIO ha contactado con Telefónica, que ha destacado que aún no han recibido ningún acercamiento por parte de los alemanes y que ha señalado, adicionalmente, que el intento de compra contaría con una acción defensiva y el rechazo por parte del gigante español de las telecomunicaciones.

OkDiario