COVID-19: La primera pandemia política de la historia de la humanidad

Un estudio realizado por el bioquímico y economista José Gefaell constata que el Gobierno está reajustando al alza los datos de contagios y defunciones retroactivamente desde el mes de enero.

Por primera vez, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, admitió este lunes que estamos ante una “segunda ola”. Hace tan solo dos semanas se limitaba a advertir que se podía estar llegando a un nuevo pico de la epidemia.

Sin embargo, la fotografía de la situación epidemiológica es distinta a la de primavera. Las diferencias entre la primera ola y la actual son notables. Los criterios con los que se evaluó la curva de contagios inicial no son extrapolables a esta nueva fase de la pandemia. Algunos profesionales cuestionan que exista la llamada segunda ola y apuntan a un grave repunte.

José Gefaell Chamochín, bioquímico y  ex director de negocios del Instituto de Crédito Oficial, es uno de ellos. El economista ha publicado un estudio preliminar con el título Monitorización de la segundaola donde advierte que se trata más bien de un fuerte repunte de contagios y que estos se estarían dando de forma progresiva y sostenida, lejos de la explosión que tuvo lugar en marzo.

El informe se basa en los datos oficiales publicados por el Gobierno de España hasta el pasado 18 de septiembre y se hace eco de cómo el Ejecutivo está reajustando al alza las cifras retroactivamente desde el mes de enero. Si en los primeros meses del año antes aparecían decenas de casos, ahora aparecen miles: han rehecho toda la serie.

“En España, la actual ‘segunda ola’ de casos solo es aparente, sujeto a que no haya más cambios retroactivos en las series, porque desde febrero a mayo los casos leves o asintomáticos que afectaron a una mayoría de jóvenes también se dieron pero no se incluyeron en las cifras”, explica el autor.

“Sin mencionar los falsos positivos. Así, la serie no es homogénea y debería corregirse muy hacia arriba en el comienzo de la pandemia o muy hacia abajo en el repunte actual”, añade. De hacerlo, asegura, esa “aparente segunda ola” se vería reflejada como un repunte.

Por ejemplo, indica, este martes volvieron a ajustar al alza toda la serie de fallecidos para añadir 609 muertos más en distintos días, empezando desde el 18 de mayo. “Cualquier conclusión estadística está siempre condicionada a que no haya más cambios retroactivos”, aclara.

5 de marzo: el pico de la transmisibilidad

A tenor de esos ajustes, Gefaell concluye en su estudio que el pico de transmisibilidad de la enfermedad tuvo lugar el pasado 5 de marzo. Por aquella fecha, el crecimiento de casos semanales suponía más del 500% con respecto a la semana previa.

“Después de alcanzar su punto máximo el 5 de marzo, cuando no había medidas de confinamiento, el crecimiento de casos semanales inició una pronunciada tendencia a la baja”, recoge el análisis. El crecimiento no se habría vuelto a disparar de esa manera en los meses consecutivos.

Seroprevalencia, inmunidad celular e innata

Por otro lado, asegura que la transmisión de la enfermedad no será de carácter explosivo. Será sostenida y no alcanzará -dice- el tsunami de marzo y abril. El motivo esgrimido en el estudio apunta a la inmunidad de grupo hacia la que estaría avanzando Europa y, en particular, España.

El informe advierte que hay que tener en cuenta la seroprevalencia, la inmunidad celular y la de carácter innato. Aquellas regiones de España más afectadas en la primera oleada de coronavirus estarían avanzando hacia la inmunidad de grupo, según el bioquímico.

Esta sería una de las causas que estaría provocando que la transmisión en cadena no sea explosiva como en primavera. De acuerdo al autor, es poco probable que durante el otoño y el invierno las regiones que cuentan con una mayor inmunidad tengan una segunda ola de casos graves y de muertes como en marzo.

Aunque reconoce que alcanzar el equivalente a la inmunidad colectiva no significa que la enfermedad haya desaparecido. “Si existe un 35% de la población con inmunidad celular previa y otro 20% la tiene porque ya ha generado anticuerpos tras pasar la enfermedad, tendríamos más de la mitad de la población inmune, pero todavía queda un amplio porcentaje susceptible de infectarse”, explica Gefaell.

Evolución de la cifra de fallecidos

De acuerdo al estudio, durante los próximos meses, el número de muertes diarias será permanente pero relativamente bajo y probablemente experimentará un aumento más notable entre diciembre y febrero, pero no muy diferente de lo que ocurre con otras enfermedades infecciosas.

Visto en perspectiva desde marzo, el número de muertos está aumentando, pero permanece muy contenido y la forma de la curva de defunciones sigue siendo plana. Según datos de RENAVE recabados por el autor, hasta el 16 de septiembre no hubo fallecidos en edad escolar (3 a 17 años) durante la pandemia. Aunque recuerda la muerte de dos recién nacidos que se infectaron y ya tenían otras patologías.

El análisis constata que la foto del perfil de los afectados ha evolucionado. El 95,3% de las muertes hasta mayo afectaron a los mayores de 60 años y las personas en esa franja de edad representaban más del 50% de los casos.

Sin embargo, de mayo a septiembre, los casos para ese grupo solo suponen el 18% del total, aunque el porcentaje de fallecidos se mantiene prácticamente en el 94%. Por otro lado, las personas mayores de 80 años se ven cada vez más afectadas por el virus. Sí se ha detectado un aumento de los fallecimientos en esta franja de edad.

Vozpopuli