En el ayuntamiento de Orense los funcionarios solo trabajan cuando quieren

Ayuntamiento de Ourense

Escándalo en Orense tras el control sorpresa del alcalde a sus funcionarios impuntuales. Jácome llegó a las oficinas del ayuntamiento diez minutos después de su apertura, pero la planta entera estaba a oscuras.

El alcalde de Orense, Gonzalo Jácome, ha realizado un control sorpresa de absentismo laboral en edificio del ayuntamiento. El resultado ha sido demoledor. El 100% de los trabajadores de uno de los departamentos no estaban en su puesto de trabajo a la hora de inicio de la jornada laboral. Las oficinas deberían estar en funcionamiento a las 8:00 de la mañana, pero las luces estaban todavía apagadas a las 8:10. El alcalde se sentó a esperar a que fuesen llegando los funcionarios. El primero apareció a las 8:35 horas. El último llegó a las 9:15 horas.

Jácome ha denunciado en un comunicado este incumplimiento flagrante del horario laboral costeado directamente por los contribuyentes: “La jornada semanal es de 37,5 horas, con 30 minutos de descanso por día. Teniendo en cuenta que los edificios cierran sus puertas a las 15 horas, es imposible cumplir con el horario si no se llega antes de las 8:00 horas”.

Precisamente la Administración Pública es uno de los sectores con mayor absentismo laboral. El ayuntamiento de Orense comenzó a luchar contra esta lacra en junio de 2019, cuando se implantó por primera vez un control horario. “Se ordenó a todos los jefes de servicio registrar la hora de entrada y salida de cada trabajador, pero pasado un tiempo de esa efectividad inicial, en los últimos meses se ha detectado cierta lasitud, que el alcalde de Orense no va a tolerar”. Por ese motivo, Jácome ha recordado hoy a todos los jefes de servicio “la obligación de llevar a cabo el control horario”. También ha anunciado que “se harán controles aleatorios y se procederá a las primeras aperturas de expedientes disciplinarios“.

Además de los controles aleatorios, a partir del 3 de mayo se implantará un control horario telemático en el ayuntamiento, de modo que dejará de ser manual, como hasta ahora. Jácome entiende que “no es justo que paguen justo por pecadores”, y reconoce también, que “existe un importante porcentaje de funcionarios que sin tener control horario exhaustivo, ejercen su responsabilidad”. Por desgracia, esto no es lo que él mismo ha comprobado en su control aleatorio, donde el 100% de la plantilla de un departamento ha llegado a su puesto de trabajo hasta con una hora y cuarto de retraso.

Libre Mercado