Despoblamiento rural: “España no va a ser viable si no nacen más niños”

España despoblada

Con motivo del 25 aniversario de elmundo.es, se organizó el encuentro Retos para revertir la España despoblada; Por una nueva conexión territorial que contó con la participación de múltiples expertos.

“Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer”, cantaba Serrat. Sus versos dibujaron el abandono de los pueblos de España y hoy, exactamente cuarenta años después del lanzamiento de su canción Pueblo Blanco -y pandemia de por medio-, la despoblación rural en Europa representa uno de los mayores retos para todos los países de la Unión. No obstante, pese a los estragos del coronavirus, en las nuevas políticas económicas de Bruselas, y junto al impulso de los fondos Next Generation EU, se plantea un plan de ejecución de gran envergadura para revertir las consecuencias del despoblamiento rural, así como a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y fomentar el retorno a los pueblos. Una de sus armas será la digitalización.

El ciclo Europa Verde y Digital, que responde a la necesidad global de desarrollar una sociedad más comprometida con el entorno, está formado por una serie de jornadas enfocadas a temas de diversos intereses sectoriales, donde se debaten los mayores desafíos y retos a nivel de sostenibilidad y en los que participan autoridades, instituciones y empresas. Así, con motivo del 25 aniversario de elmundo.es, se organizó el encuentro Retos para revertir la España despoblada; Por una nueva conexión territorial, que contó con la intervención estrella de Comisaria de Cohesión y Reformas de la Unión Europea, Elisa Ferreira.

El acto patrocinado por Endesa, contó también con la participación de diversos expertos. Entre ellos, Francisco Boya, secretario general para el Reto Demográfico en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Miguel Temboury Molina, director de Relaciones Institucionales de Endesa; Alejandro Macarrón, fundador y director general de la Fundación Renacimiento Demográfico; Abel Caballero, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias; Secundino Caso, presidente de la Red Española de Desarrollo Rural; Mercedes Molina, catedrática emérita de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid; y Ginés de Rus, catedrático de Economía aplicada en la Universidad de las Palmas e investigador asociado en FEDEA. El debate fue moderado por Miguel Ors, de ACTUALIDAD ECONÓMICA.

La despoblación rural de España es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el país. La manera en que vivimos ha cambiado y con ella la demografía española. “En el siglo XIX más de la mitad de la población trabajaba en el campo, sin embargo, en la actualidad apenas hace falta un 2% de población para producir la totalidad de los alimentos que consumimos“, señaló el moderador.

Desequilibrio entre el mundo urbano y el rural

En este contexto, la población se concentra en las ciudades, donde los sueldos son más competitivos y la productividad es más elevada. Por ello, las externalidades de esta situación desembocan tanto en la despoblación rural como en el abandono del medio, desatando graves consecuencias medioambientales, sociales y económicas que se extrapolan a fatalidades como el gran incendio de Portugal en 2017. No obstante, las ciudades no están exentas de externalidades como la contaminación, los atascos y otros problemas. Así, el debate se centró en discutir sobre el trecho de decisiones políticas que han llevado a las zonas rurales a a una situación de abandono y la gravedad que esto implica para el futuro del país, añadiendo como factor clave, la baja natalidad que acompaña esta crisis.

“Dadme una palanca lo suficientemente larga y un lugar para impulsarla y moveré la tierra”. con esta cita de Arquímedes puso en valor Elisa Ferreira la nueva política de cohesión territorial de la Unión Europea de cara a los fondos europeos. Para Ferreira, la política de cohesión es esa palanca, y una política de “las más importantes” para que Europa asegure un cambio sostenible, digital e inclusivo. En ese contexto, “en el programa europeo 2014- 2020, la política de cohesión ha representado el 17% de las inversión públicas en España; 1 de cada 6 euros de inversión pública lo ha aportado la política de cohesión”, aseguró Ferreira.

La Comisaria ha señalado a España como uno de los principales beneficiarios de la asistencia europea de cara al Covid-19. “España ha recibido tres mil millones de euros en financiación, casi dos mil millones de euros en equipos de protección personal y 2.200 respiradores”, además de “10 mil millones de euros anuales de la inversión en política de cohesión para promover una política verde y digital”, puntualizó. Para Ferreira es fundamental realizar la “alfabetización digital” de particulares y empresas ya que “sólo 1 de cada 5” está preparada para la transición.

Ferreria señaló un cambio de paradigma claro: Las inversiones están experimentando un cambio gradual de un modelo de crecimiento tradicional basado en inversiones duras en infraestructura física, a un modelo de inversiones blandas. Para la Comisaria, el foco ahora está en la economía basada en el conocimiento y el capital humano. “En el modelo tradicional, dos tercios del fondo europeo de Desarrollo Regional se han destinado a infraestructura dura, frente a solamente un tercio en blanda. Esto ha cambiado y estas proporciones se han invertido: dos tercios de inversiones están enfocados a la inversion, innovación, digitalización de las pymes y una economía cada vez más baja en carbono. Esto significa que la politica de cohesión ha cambiado y que lo hará aún mas”, narró.

España será una gran beneficiaria de fondos, y Ferreira proporcionó las cifras: durante los nuevos programas de este año nuestro país recibirá más de 35 mil millones de euros de la política de cohesión y 70 mil millones de subvenciones del fondo de Recuperación y Resiliencia. Esto supondrá más de 2.200 euros de inversión por cada hombre mujer o niño en España,” una oportunidad única en una generación para impulsar la revolución verde y digital”, señaló.

En Europa, las zonas rurales albergan 137 millones de habitantes, que representan 30% de la población Europea y se enfrentan a la despoblación y el declive económico. Estas áreas cubren más de 80% del territorio de la UE. “Las zonas rurales son claves para nuestros objetivos de sustentabilidad, transporte, alimentación y agricultura sostenible”, puntualizó. Pese a que estas tienen características diferentes, y aunque algunas prosperen económicamente, el 61% de la población rural vive en una región en declive. Ferreira destaca que existe una diferencia de hasta 50 puntos porcentuales entre la media del PIB en las zonas rurales y en las zonas urbanas, con la problemática de una población joven que abandona estos lugares, una población que envejecida, y una baja natalidad.

No obstante, para Ferreira la pandemia ha abierto una posibilidad que podría “representar una gran oportunidad” para transformar la realidad de estos lugares: el trabajo en remoto. “El teletrabajo podría hacer que los centros urbanos y rurales compitan en igualdad de condiciones, pero para aprovechar esta oportunidad hay que hacer inversiones importantes”, advirtió refiriéndose a conexiones, mejora de servicios de salud, innovación y apoyo a la gente joven. En esta línea, aprovechó para destacar el trabajo de la UE en zonas como Cantabria, Castilla y León y Castilla la Mancha, y destacó la importancia de la implicación de la gente local. “Necesitamos arquitectos y diseñadores del futuro. Por eso pido a los locales que se involucren en la programación y en la ejecución, aportando ideas y energía para reconstruir mejor tras la crisis”, urgió.

Para Mercedes Molina, la cohesión territorial tradicional “no ha funcionado”. A su juicio, España requiere que la transformación de su economía vaya asociada a una nueva gestión del territorio, ya que la transición de una economía agraria, a una basada en industria y servicios ha generado “un crecimiento económico a corto plazo donde el PIB, la renta y el empleo eran fundamentales sin ver los costes asociados a ese crecimiento“. Para Molina, ese modelo, sustentado en la concentración de la inversión y de producción de empleo y población en ciudades, también dio pie a la especulación urbanística, y a una legislación “netamente urbana”. Esto sentó las bases de “una brecha de competitividad entre lo rural y lo urbano que desencadenó una migración socioeconómica forzada“, sentenció.

“La ciudad era el lugar de la eficiencia y el progreso e innovación y el mundo rural se mantuvo relegado a mantener sus producciones básicas sin cadena de valor”, afirmó. Para Molina los territorios despoblados son “el paragidma de la desigualdad” y señaló a las gestiones políticas de las últimas décadas: “Este problema se visibilizó en el año 78 y el programa marco de la UE del 94-99 señaló que había que en los territorios despoblados de España había que invertir en infraestructuras, medio ambiente y patrimonio pero esta recomendación se ignoró”, contó la catedrática.

No obstante, Molina ve un cambio y reiteró la exigencia de una nueva economía y una nueva gestión territorial “donde las ciudades intermedias y los territorios rurales, en estrecha simbiosis sean protagonistas”. En ese sentido la catedrática emérita apremió un pacto de estado “con contenido” que empodere a los actores rurales. “¿Si en momentos de bonanza hemos sido capaces de generar tanta desigualdad, podremos hacer lo contrario en un contexto de crisis?”, se preguntó.

Desde su visión económica, Ginés de Rus expresó que “el aumento de la densidad de trabajadores en zonas urbanas aumenta la productividad, por tanto la concentración desde el punto de vista del crecimiento económico es buena”. Además, para Rus el aumento de conectividad y la mejora de infraestructura puede aumentar la concentración urbana. “El último informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIRef) demuestra que se han disparado las disparidades provinciales por la política de transporte. Es decir, es posible que la mejora en infraestructura aumente esa concentración”, señaló.

Para Secundino Caso, las tendencias cambian más: “Cada vez más gente se va a vivir a una hora de la ciudad donde tiene el trabajo y escogen vivir en el medio rural. Sin embargo, una persona que vive en el centro de Madrid y una que vive en el campo tienen el mismo derecho a tener salud, educación y servicios sociales”, opinó.

Las dos causas de la despoblación

“La norma ha sido educar a nuestros hijos para que se vayan de los pueblos pero nunca hemos pensado que lo que necesitábamos era que volvieran.; volver era un símbolo de fracaso, y eso es un tópico que hay que superar”, puntualizó Francisco Boya. Para él, es imprescindible que exista un marco de cooperación entre el sector público y privado para que permita generar las condiciones que eviten que el talento se escape de los pueblos rurales.

Alejandro Macarrón agregó un factor más al fenómeno de la despoblación: la baja natalidad. “Si se habla de España vacía, sí o sí hay que hablar de natalidad”, enfatizó. Macarrón destacó que de los factores que componen el reto demográfico, este es el más grave. “En 2019 las provincias que perdieron población por migración española no habrían perdido nada si hubiesen tenido 2,1 hijos por mujer”, señaló y agregó: ” España no va a ser viable si no nacen más niños”. Además, puso el dedo sobre el fenómeno de la migración extranjera.

“Tenemos la migración con menor cohesión económica con la población nativa de toda Europa occidental, donde existe el mayor diferencial de renta media entre los inmigrantes que tenemos de cualquier país y la población nativa”, detalló. En este sentido, para el experto es fundamental que la inmigración se integre muy bien con la población local. “Tenemos unas tasas bajísimas de matrimonios mixtos, sobre todo con población de origen africano y asiático. Las personas tienen un sesgo de afinidad, pero si esa fusión no se da, tendremos guetos”, advirtió.

Las empresas y el medio rural

“Esto va a ser un boom y el Plan nacional para energía y clima estima que para 2030 el 74% de la energía eléctrica tiene que ser renovable, eso significa que tenemos que multiplicar por 2, 5 veces la capacidad de energía eólica y solar que tiene España, y esto se hará en zonas remotas”, narró desde Endesa, Miguel Temboury. La empresa, que ha puesto en marcha numerosas iniciativas en vista del aumento de la demanda de energías renovables, asegura que tiene compromiso con el medio rural a través del plan de Recuperación y Resiliencia. “El 90% del empleo que se genere será local” aseguró Temboury.

“Hay un debate torticero porque la gente del medio rural, que se ha sentido siempre ninguneada, ahora ven cómo las empresas vienen a aprovechar la belleza de lo rural y sus recursos para generar energía para las grandes ciudades. No puede ser que se acuerden solamente ahora. Hemos dejado sin servicios y sin oportunidades al mundo rural y ahora acudimos a él para muchas cosas”, arguyó Secundino Caso. Además señaló que “nadie, en ningún lugar donde viva, sea urbano o ural, quiere prescindir del Estado de Bienestar”. “No podemos olvidar que el modelo que ha generado esa desigualdad se ha creado con inversiones públicas”, le apoyó Molina.

El 64% de los municipios rurales de España perdieron población de forma continuada. 3961 municipios, el 48% tienen una densidad inferior a 12 habitantes por km cuadrado, pero 3135 ayuntamientos, el 38% del total, no llega a 8 habitantes por km cuadrado. Estas fueron las preocupantes cifras que dio Abel Caballero. “¿Cuántos recursos queremos dedicarle al fenómeno de despoblamiento? Tenemos que dedicar más recursos a los pequeños y medianos ayuntamientos para que puedan lanzar formas de calidad de vida y de economía e industrias diferentes”, urgió.

Además, en una instancia por visibilizar el problema criticó el hecho de que las autoridades sanitarias utilicen puntos de vacunación masiva en las ciudades y se olviden de los pueblos, que deben desplazarse varios kilómetros ida y vuelta para poder recibir la inmunización. “Ese es un ejemplo de lo que no hay que hacer, hay que llevar los servicios a las zonas rurales porque sino el fenómeno de despoblamiento se va a acelerar; en términos institucionales es igual de importante un ayuntamiento de 50.000 personas que el ayuntamiento de Madrid, espetó.

La mayoría de los ponentes coincidieron en que las políticas de gestión han sido un fracaso que, mediante dinero público, han financiado la creación de una desigualdad territorial cuyas estadísticas gritan soluciones integrales que podrían ser satisfechas con un “cambio de mentalidad” y la llegada de los Fondos Europeos. La cuestión ahora, es que los versos de Joan Manuel Serrat no sean más que un retrato del pasado y no una premonición del futuro que nos espera.

El Mundo