Los agricultores serán sustituidos por robots y mano de obra ilegal temporal

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El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), presidente de la Sociedad Española de Historia Agraria y experto en Historia Ambiental, Manuel González, ha advertido de que el futuro de la agricultura pasa por un sector sin agricultores y con mano de obra destinada a la inmigración ilegal.

González ha señalado que las explotaciones agrarias «tienen una tendencia a la concentración» lo que afecta «a los pequeños agricultores», afirmando que «se está produciendo un cambio en el modelo de agricultura, que avanza hacia una agricultura sin agricultores, grandes explotaciones muy mecanizadas con mano de obra puntual, inmigrante, y si es posible, ilegal».

El citado experto ha participado como ponente en el seminario ‘La despoblación como crisis del territorio. El desarrollo del medio rural frente a los retos del siglo XXI’, con la ponencia ‘Las raíces agrarias de la despoblación y el deterioro de los servicios ecosistémicos’. Este simposio está organizado por la Fundación de Municipios Pablo de Olavide, en el marco de la XIX edición de los cursos de verano de la UPO en Carmona (Sevilla).

La actual dieta, «insostenible»…

Respecto a la polémica por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha lamentado que «no se ha hablado de las granjas hiperintensivas de cerdos y vacas y los problemas que generan desde el punto de vista económico y ambiental. No se puede mantener la dieta actual basada en derivados de la ganadería».

Asimismo, ha subrayado que «no se tendría que reducir el consumo procedente de la ganadería extensiva», puesto que «es una ganadería que consume alimentos diferentes a los de los humanos» por lo que «es la única manera de aprovechar eficientemente el territorio». «Deberíamos limitar el consumo fundamentalmente de cerdo y pollo, que tiene unos costes ambientales terribles», ha apuntado.

El ponente ha señalado que la despoblación «es un proceso histórico que ocurre desde los años 70 con raíces fundamentalmente ganaderas» y que «se suelen aportar medidas que maquillan el problema».

Ha indicado que Andalucía tiene «una tendencia a la concentración en zonas costeras», donde «se concentra actividad esencialmente turística y un modelo de agricultura hiperintensiva demandante de mano de obra» lo que explica «el proceso de desconcentración del interior y focalización en estas zonas».

En esta línea, el catedrático ha indicado que «el proceso de despoblación no sólo consiste en la concentración en las ciudades, sino que está vinculada a la desagrarización del campo» y ha resaltado que en la actualidad «si se analiza la estructura ocupacional de un pueblo andaluz, se constata que la dedicación a la agricultura ha caído sustancialmente». «Nos encontramos con pueblos en los que la actividad agraria supone menos del 20%», ha apuntado.

González ha precisado que el proceso de desagrarización «no sólo ocurre en los pueblos, sino también en las grandes ciudades» puesto que «se está concentrando mucha gente en la periferia, en las áreas metropolitanas» sin estar pendientes «al cuidado del territorio», lo que produce «graves problemas ambientales, como un aumento de los incendios forestales».

… Y la vida rural, «inviable»

Sobre las causas de la despoblación, el ponente ha afirmado que, bajo su punto de vista, «la España vacía es una España vaciada por culpa de políticas públicas que han vuelto inviable la vida rural», ya que «es dudoso que las políticas de desarrollo rural hayan pretendido cerrar la brecha entre el campo y la ciudad». «Estas políticas siempre han sido paliativas», ha apostillado.

En este sentido, ha recalcado que «todos los gobiernos han llevado a cabo políticas que han pretendido bajar sistemáticamente los precios percibidos por los agricultores», lo que ha provocado «una caída de la renta agraria, deteriorándola hasta un 60%». «Es un círculo vicioso en el cual la única manera de contrarrestar la caída de los precios es aumentar la producción mediante la compra de insumos cada vez más caros, por lo que se reduce el margen neto, tienes que producir más, y así sucesivamente», ha sostenido.

El experto en historia ambiental ha subrayado que mientras la renta agraria «disminuía un 60%, el coste de la vida se multiplicaba por tres, extinguiendo las posibilidades de subsistir dignamente en el campo». Para concluir, ha abogado por «reconsiderar el papel de la agricultura ante la crisis ambiental y climática», lamentando que «la zona cero del cambio climático es la mediterránea.

En el ámbito de este seminario, se ha presentado el libro ‘Hacia el puerto de felicidad. La emigración alemana a Sierra Morena y Andalucía en el siglo XVIII’, de la autora Nicola Veith y que representa la tercera publicación de la Colección Olavide-Ilustración que edita la Fundación de Municipios.

Al acto de presentación han asistido el rector de la UPO y presidente de la Fundación de Municipios Pablo de Olavide, Francisco Oliva, y el gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luís Jesús García-Lomas. La autora ha sido la encargada de presentar el libro por videoconferencia.

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